martes, 28 de octubre de 2014

CIEN AÑOS DE PERDÓN (CLAUDIO CERDÁN)

Al que roba a un ladrón...


FICHA TÉCNICA

Título: Cien años de perdón
Autor: Claudio Cerdán
Editorial: Versátil
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 354
PVP: 17,00 €






CLAUDIO CERDÁN

Con su primera novela negra, El país de los ciegosClaudio Cerdán (Yecla, 1981) ganó en 2012 el Premio Novelpol a la mejor novela negra del año, Con esa obra fue además finalista del XIII Premio Lengua de Trapo y del Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón.
Un año después vio la luz un nuevo título, si cabe más negro que el primero, Cien años de perdón (Versátil Ediciones, 2013), un thriller que quedó finalista de los Premios LeeMisterio,com 2013 como Mejor Novela, que fue recomendado por El País como una de las mejores novelas negras de 2013 y que acaba de ser nominada entre los finalistas del II Premio de Novela Pata Negra (Salamanca 2014)
Un mundo peor, fue una nueva incursión en el género policíaco que fue finalista del II Premio Valencia Negra a la mejor novela.
Su última novela se titula La revolución secreta.

Con anterioridad, Cerdán había publicado dos títulos de género fantástico (El Dios de los mutilados y Cicatrices), y en 2012 publicó en Francia La casa de chocolate, una inquietante novela aún inédita en español.






ARGUMENTO

El inspector Ramos, un veterano del cuerpo de policía de Alicante descubre investigando un caso, el cadáver de un hombre rodeado de bolsas de basura que resultan estar repletas de dinero.
Todo un botín que no está al alcance de sus manos pues pasa al departamento de pruebas. La frustración que tiene tras tantos años en el cuerpo, con una vida familiar que es un auténtico fracaso, le lleva a preparar un plan para hacerse con ese dinero, casi un millón de euros.






CIEN AÑOS DE PERDÓN

Cien años de perdón es la historia de una huida, la de un policía que poco a poco ha ido deslizándose hacia la corrupción hasta llegar a un punto en que ya no hay marcha atrás:
Yo necesito dinero para escapar. Escapar de un trabajo anodino que me cansa y me quema y me impide soñar y hasta respirar. Escapar de una rutina tediosa rodeado de gentuza, de criminales, drogadictos y putas. Necesito escapar de la sordidez de mi familia, con una mujer que nunca en quiso y unos hijos a los que no conozco. (Página 152)

Es la historia del inspector Ramos, al que a sus espaldas, tanto compañeros como confidentes, chorizos o prostitutas, conocen como “mierda de perro”, desde que una “cagada” hizo que tuviera que cambiar de destino:
Eligió como destino Alicante, una ciudad que esperaba tranquila y soleada pero que encontró artificial y corrupta. (Página 24)


Ese es uno de los puntos fuertes de la novela: su localización, que nos aleja de los clásicos escenarios de la novela negra, Madrid o Barcelona, para trasladarnos hasta Alicante. Un Alicante que no se contempla como un escenario idílico para turistas, sino como describía el párrafo anterior una ciudad corrupta. Con un Hotel que es la imagen gráfica de esa corrupción:
El Melia Alicante lleva tanto tiempo junto a la costa que diría que construyeron la playa a su alrededor y no al revés. La actual Ley de Costas considera ilegales las casitas de pescadores de los años cincuenta, pero nadie habla de la gran mole de hormigón que se agazapa entre el Postiguet y el puerto deportivo. (Página 104)


Lo que diferencia a Cien años de perdón de la mayoría de las novelas de género negro, es una despiadada descripción de la policía, partiendo de un inspector que es un corrupto, que va realizando pequeñas extorsiones aquí y allá. Cierto es que intenta desentrañar crímenes, pero no lo es menos que los métodos o la verdad no siempre son lo más importante:
Si no es él, lo será. Necesitamos un culpable y por mis cojones que si no lo encuentro me lo invento. (Página 32)

¿Un hombre sin sentimientos? No exactamente, aunque así le vean sus compañeros. EL problema es que aquello que siente, el fracaso de su vida, de su matrimonio, quedan en su interior como una bomba de relojería que está a punto de estallar.
-No sabía que tuvieras sentimientos.
-Eso es falso: a veces siento frío y otras, siento calor.
-Claro, pero esto es... no sé... ¿humanidad?
-Le quise rematar con una piedra, pero me sobornó para que no lo hiciera. (Página 24)


Si todo el problema se centrara exclusivamente en el inspector Ramos, quizás la novela no fuera tan dura. Pero Ramos no es un caso aislado, es una manera general de sentir por parte de todos sus compañeros, amparados por un espíritu de cuerpo:
Somos gente con pistola que camina entre la muchedumbre. Nos dan poder para cuidar de los borregos porque ellos mismos no saben hacerlo. Y si no cuidamos de nosotros, nadie lo hará. Así que ten mucho cuidado con lo que vas a decir, porque si vendes a un compañero, nadie querrá cubrite la espalda, ni mucho menos jugarse la vida por recuperar tu cuerpo. (Página 341)

¿Ficción? Eso me gustaría creer, aunque hay párrafos en los que la realidad del día a día expresada en el lenguaje que podemos leer y escuchar en los medios de comunicación son innegables:
La policía es la reina del eufemismo. La violencia de género se usa para no decir que a una mujer la han matado a hostias. Libre y voluntariamente suele ir unido a una citación y a unos grilletes bien gordos. Lo contrario sería resistencia activa del individuo, que suele emplearse para obtener carta blanca para patearle la cara a algún desgraciado. Acceso carnal es violación pura y dura. Ya no se interroga sino que se toma declaración... (Página 270)






IMPRESIÓN PERSONAL

Le decía en un mensaje personal a Claudio Cerdán, que tenía que recuperar del KO técnico en el que me había sumido Cien años de perdón.
No es fácil conseguir que un lector queda atrapado entre la páginas de una novela en la que su protagonista es en cierto modo repulsivo, pero Claudio Cerdán lo ha conseguido, por lo menos conmigo.
Ramos, “mierda de perro”, es mucho más mierda de lo que sus compañeros pueden sospechar. Y quizás por ahí es por donde el autor consigue engancharme, porque lejos de odiar al personaje, en muchos momentos no he podido menos que sentir lástima por él, que no deja de ser otra cosa que un fracasado, viviendo en un piso diminuto con una familia que es una imagen de su fracaso como padre y como esposo.

A estos personajes, que a pesar de ser en muchos momentos odiosos (tampoco hay que perder de vista a Marc Fons, el compañero de Antonio Ramos, puro músculo que no le permite mucho espacio para el cerebro y que disfruta dando palizas), son tan humanos y reales que no me queda otra que creérmelos, hay que unir una historia que es puro thriller, de esos que están pidiendo a gritos ser llevados a la gran pantalla (no sé por qué me vino constantemente la imagen José Coronado como la del inspector Ramos).
Una historia que va constantemente a más a medida que Ramos va hundiéndose en un pozo de mierda del que parece imposible que pueda salir, del que incluso como lector, no tenía en muchos momentos claros si quería que saliera.

Una lectura que, pese a tratarse de una novela anterior a las que ya había leído, hace que apunte definitivamente a Claudio Cerdán entre los autores de los que no estoy dispuesto a perderme sus nuevas novelas.






Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles.






VALORACIÓN: 9/10





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9 comentarios:

  1. A ti te ha dejado ko la novela y a mi tu reseña,espero poder leer pronto a este escritor porque estoy segura de que me gustará.Besotes

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  2. Tengo pendiente a este autor. A ver si me animo pronto con él

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  3. Tengo muchas ganas de leer a este hombre, todo el mundo habla maravillas de sus novelas =)

    Besotes

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  4. Pues me apuntaré directamente al escritor que parece estar muy buen.
    Un beso.

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  5. Joroba, cada vez que leo una reseña de este autor no entiendo que hago que no lo pillo ya. En fin, vuelvo a señalarlo en la lista :)

    Bs.

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  6. Me gusta lo que cuentas, así que otro que añadir a la lista. Besos.

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  7. Un libro que ya tenía bien fichadito. A ver si pronto me doy el capricho y me hago con él.
    Besotes!!!

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  8. Yo me estrené recientemente con este autor ("Un mundo peor") y quedé completamente atrapada. En este título que nos traes veo muchas de las cosas que me gustaron de ésa novela, así que espero poder volver a leerle pronto.
    Besos.

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  9. ¡Deja de leer novela negra, que no me da tiempo a seguir tu ritmo de lectura!
    Otro que me apunto sin duda.
    ¡Un beso!

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