martes, 31 de marzo de 2015

MASAJE PARA UN CABRÓN (ANA R. CAÑIL)

Historias de la crisis contadas por una “Choni”




FICHA TÉCNICA

Título: Masaje para un cabrón
Autor: Ana R. Cañil
Editorial: Espasa, 2015
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 315
PVP: 19,90 €









Editorial: Espasa, 2016
Encuadernación: Tapa blanda, BOLSILLO
Páginas: 320









ANA R. CAÑIL

Ana R. Cañil es periodista. Nació en Madrid, pero es de Rascafría.
Lo primero que publicó fue La mujer del maquis, Premio Espasa de Ensayo 2008 que no deja de ser un ensayo un tanto novelado. De ahí que casi sin darse cuenta, lo que resulto ser su primera novela iba ser un ensayo, pero la propia estructura del mismo hizo preferible que por muy real que fuera parte de la historia, se convirtiera en lo que fue: una novela.
Ha trabajado en varios medios económicos como Cinco días o Mercado. Ha sido redactora jefe del semanario El siglo, directora de Informe Semanal y delegada de El Periódico de Catalunya en Madrid, subdirectora de soitu.es y colaboradora de programas televisivos como Espejo público (Antena 3) y Más vale tarde (La Sexta). Escribe entre otros medios en Haffington Post, eldiario.es y Tudosis.es

Sus tres novelas publicadas son:
-Si a los tres años no he vuelto
-El coraje de Miss Redfield
-Masaje para un cabrón






ARGUMENTO

Tasia es una más de las innumerables víctimas de la crisis. Su marido ha pasado de ser un próspero constructor a quedarse en el paro y arruinado, llevándose sus préstamos por delante el negocio de Tasia (su salón de belleza) y el chalet del que tan orgulloso se sentía ella. Un chalet que no os vayáis a pensar que estaba en La Moraleja. No, Tasia vive en uno de los pocos chalets que existen en Fuenlabrada, una población dormitorio en el sur de Madrid.

Su marido se ha convertido en un hombre alcoholizado y violento que la maltrata. Pero todo eso va a acabarse. Tasia se junta con otras mujeres, hartas de soportar tanto malnacido, y fundan un club secreto con un único fin: liberar al mundo de hombres que no deben existir.






MASAJE PARA UN CABRÓN

Creo que lo primero que debo hacer es dejar claro de qué trata esta novela, porque su título puede dar lugar a malentendidos. Por ejemplo, preguntando por esta novela en Alcampo, me dijeron que ni me molestara, porque ni la tenían ni la tendrían, pues es política de la empresa no incluir libros con semejantes palabras (cabrón) entre los que exponen para su venta.
A pesar de que la portada no induce a pensar en ello (a mi más bien me recuerda a las de Alfonso Usía y su Marqués de Sotoancho (en realidad la última parte de la novela que es de donde procede esa portada, no deja de ser una crítica a ese mundo señorial emparentado con el de “La escopeta nacional” de Berlanga), bien podría parecer una novela dentro del género chcik-lit. Nada más lejos de ello.
Tasia, su protagonista, por más que su clientela terminen siendo mujeres de edades medias de la clase alta, las únicas que pueden permitirse los carísimos tratamientos a los que las somete para hacerlas sentir más guapas y jóvenes, no deja de ser una mujer de clase obrera, superados los cuarenta y que vive en una ciudad habitada por trabajadores a los que la crisis acaba de llevarse por delante.
Por eso su lenguaje y el punto de vista que nos ofrece, es el de aquellos que han visto como su vida se ponía patas arriba por culpa de cuatro desalmados que se han enriquecido a su costa y luego los han dejado tirados. Como reza el título de esta reseña, es la historia de la crisis contada por una “Choni”.

No aparecerán por tanto grandes cifras, ni grandes hechos, aunque sí que encontraremos una frase que tengo que remarcaros y poner en negrita, porque encierra una realidad como la copa de un pino:
Ninis los llaman porque ni estudian ni trabajan, aunque quieran. Ninis los de arriba, que no tienen ni conciencia ni palabra. (Página 84)

La gran protagonista es Anastasia, Tasia para todos. Una mujer peleona, difícil de derrotar, por más que la vida lo ha intentado. Una mujer que de la nada, solo gracias a su tesón y su esfuerzo fue creando todo lo que tiene: su familia, su negocio, su chalet en Fuenlabrada. Para que de golpe y porrazo la dichosa “crisis” se lo lleve todo por delante: el negocio y la casa embargados por el banco que “convenció” a su marido para que lo pusiera de aval en un préstamo para un negocio inmobiliario cuando ya la crisis estaba haciendo sus estragos en la construcción. Y para colmo, su marido se ha venido abajo y se ha convertido en un alcohólico y maltratador.
¿Créeis que Tasia se va a venir abajo? Ni mucho menos, aunque tenga que comenzar desde cero.

Todas sus dichas y desdichas las volcará por consejo de su doctora en un diario que escribe en uno de esos cuadernos azules, de esos que se utilizaban antes en la escuela. Y son esos diarios los que nosotros vamos a leer.
Por eso, aunque conozcamos más personajes como las amigas de Tasia, es una novela que tiene poco de coral, al girar todo en torno a Tasia.
Un personaje del que, a medida que va sincerándose a su querido “cuaderno”, iremos conociendo sus lados oscuros, esos aspectos de su vida de los que en absoluto tiene motivos para sentirse orgullosa de los mismos.
Porque Tasia es una heroína muy humana,que si consigue sobrevivir es por su sentido del humor, ese mismo que la llevó a llamar a sus hijos Ana y Tasio, para que cada uno llevara parte de su nombre.


Iglesia de San Esteban de Fuenlabrada
Junto a Tasia, la otra gran protagonista de la novela es Fuenlabrada, una ciudad dormitorio del sur de Madrid que conozco muy bien desde hace más de treinta años. Una ciudad que se ha ido transformando, pues de ser un lugar deslavazado en el que parecía que sobre un plano del ayuntamiento habían tirado una bolsa de pipas y donde cayó una pipa construyeron una casa, fue pasando a ser un lugar urbanizado, rellenándose los huecos que había entre casa y casa y, sobre todo, dotándose de servicios.
Una población de gente muy humilde, que enseguida se cargó de hijos y que luchó por sobrevivir y salir adelante. Y ahora, cuando parecía que las nuevas generaciones iban a levantar cabeza, la crisis se las he llevado por delante.
Por qué nos llevan por delante a los que estábamos dejando de ser pobres después de toda la vida miserable de nuestros abuelos, bisabuelos, tatarabuelos He maldecido a todos los hijos de puta del mundo que han transformado a mi marido en el gran cabrón, cobarde y borracho que es. (Página 82)

Una crisis de la que no son responsables pero en las que les ha tocado todas las papeletas para pringar, con fábricas como Coca-Cola que no están precisamente en pérdidas pero que han cerrado su planta en la localidad a pesar de ser la más moderna y preparada de España.
Gente como él y como yo merecemos tirar hacia delante. Aunque no sea más que por no dar la razón a los hijos de puta que nos han traído hasta esta situación; porque mantiene que él no ha vivido por encima de sus posibilidades, como dicen los políticos, sino que sólo intentó ser un emprendedor,eso que quieren los gobernantes que seamos ahora para emplearnos a nosotros mismos y borrarnos de la lista del paro. (Página 79)

Una ciudad en la que puedes encontrar tipos tan entrañables y luchadores como LaManuela (así lo escribe la autora en la novela):
Esa era LaManuela, madre de ocho hijos -el pequeño ilegítimo- y abuela de no menos de una docena de nietos, extremeña, hija de perdedores y luchadora para que sus hijos no formaran parte de la estirpe de los pobres, de la que ella venía. Estaba a punto de ganar la lucha, pero cuando estalló la crisis perdió la batalla y la totalidad de sus hijos están en apuros por una u otra causa. (Página 169)

Imposible no admirar la lúcida visión que tiene la autora de esta ciudad, de las gentes que la habitan. Que no es única. Que es la misma que la de muchas ciudades de la periferia de Madrid o de otras grandes capitales:
Los tipos al estilo de Pablo son los cadáveres vivientes de Fuenlabrada o cualquier ciudad o pueblo de clase media o baja. Creo que incluso hay más, porque nos los han echado encima con la crisis. Ahora te los encuentra a media mañana en los bares, ya sea dándole al carajillo, o con chándal y deportivas haciendo que van a correr después de dejar a sus hijos o nietos en el colegio. (Página 92)

Una lectura que te obliga a abrir los ojos, a mirar a la gente que te rodea de otra manera, como hace la autora:
Hace ya semanas que me paro a observar las caras de las gentes que se suben a los vagones a esa hora, sonámbulos de madrugada, sin atisbos aún de la luz del amanecer. Somos unos privilegiados que salimos de esos cementerios en que se han convertido nuestras ciudades dormitorio, Fuenlabada, Polvoranca, Leganés, Zarzaquemada. (Página 113)

Un lúcido análisis de nuestra situación. Porque más allá de los cuatro nombres que salen en todas partes, son muchos más los aprovechados que han llevado el sufrimiento a las casas de todo el país:
Los periódicos y las teles solo sacan a los canallas famosos, pero en cada ciudad o pueblo ha habido muchos que han mojado y logran irse de rositas. (Página 174)







IMPRESIÓN PERSONAL

Como os decía antes, conozco Fuenlabrada y sus gentes desde hace muchos años y he visto su evolución, primero hacia delante, ahora en claro marcha atrás. Por eso sólo puedo admirar la lucidez con la que Ana R. Cañil la describe, sobre todo porque me consta que no vive aquí, aunque leyendo el libro pudiera parecer que lleva aquí toda la vida.
Evidentemente, no sale de la imaginación de la autora, sino de un exhaustivo trabajo de documentación en la zona, pateando sus calles, sentándose en los centros de salud de la zona, tomando café en sus cafeterías o visitando sus tiendas. Siempre con el oído muy atento para reflejar lo que sus habitantes opinan, y con el ojo muy atento para reflejar luego ese paisaje humano que puebla la ciudad.

Solo por ese retrato de una ciudad en crisis, imagen de muchas otras que podemos encontrar a lo largo de la geografía española, ya merece la pena leer el libro.
Pero es que además es muy divertido. Transforma esa mala leche que a todos nos entra, en risa, una terapia que sin dada es necesaria para no dejarnos hundir por la tristeza.
Lo hace además con una idea que, de puro salvaje, nos hace reír al mismo tiempo que a nuestro lado negro le encantaría unirse a esa banda dispuesta a llevarse por delante a todos los “cabrones” que pueblan este país.

Tranquilos, es solo ficción. Aunque cuando uno lee la prensa y ve todos los grandes ricos que este año han fallecido (comenzando por Botín, el presidente de El Corte Inglés...) le entran dudas de si la realidad no estará copiando a la fantasía.






VALORACIÓN: 8/10



Si quieres conocer más novedades editoriales 2015, pincha AQUÍ






9 comentarios:

  1. Seguro que esta bien. Y si, el titulo puede inducir a error... Un beso!

    ResponderEliminar
  2. Pues yo había pensado otra cosa por el título también. La estoy esperando y si llega sacaré mis propias conslusiones.

    ResponderEliminar
  3. Pues me la apunto porque de ella ya he leído una novela y me encantó y ésta tiene buena pinta.
    Besos.

    ResponderEliminar
  4. A mí el título también me hacía pensar que se trataba de una novela chick lit pero la sinopsis ya deja claro que estamos ante una crítica de la crisis que estamos viviendo y ya eso no me llama tanto la atención. La verdad es que las reseñas de su anterior libro tampoco me animaron a leerlo, y es una pena, porque Fuenlabrada me trae grandes recuerdos de una gran amiga que perdí hace unos años, seguro que ella sí lo hubiera leído.

    ResponderEliminar
  5. Pues sí, pensaba que era otra cosa este libro. Pero no termina de llamarme a pesar de todo, así que lo dejo pasar.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  6. Beatriz está con su lectura. Es verdad que la portada y el título inducen a tener una idea equivocada de esta novela. Besos.

    ResponderEliminar
  7. Es una autora que tengo pendiente, aunque empezaré por otro título =)

    Besotes

    ResponderEliminar
  8. Mira que el título no me llama mucho la atención, pero por lo que cuentas, me voy a animar a leerlo.
    Un beso!

    ResponderEliminar
  9. Desde luego por el título nunca me hubiera fijado en este libro, pero tiene buena pinta lo que cuentas, sobre todo, si conoces el municipio y su trayectoria. También, como tu, conozco Fuenlabrada porque he vivido muchos años en Parla en una época muy convulsa de grandes reivindicaciones sociales, cuando en estos pueblos dormitorios no había ni agua. Por eso me interesa especialmente :)

    Bs.

    ResponderEliminar

Analytics