viernes, 27 de noviembre de 2015

DEJA EN PAZ AL DIABLO (JOHN VERDON)

Deja en paz al diablo
John Verdon




DATOS TÉCNICOS

Título: Deja en paz al diablo
Autor: John Verdon
Editorial: Roca Editorial
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 412
PVP: 19,95 €








JOHN VERDON

Se dice que la jubilación es el comienzo de una nueva etapa en la vida. Algunos se lo toman muy a pecho como John Verdon, para el que su jubilación supuso el comienzo de una nueva carrera, en ese caso como escritor. Un caso que no es único, pues aquí en España tenemos también el caso de Chufo Llorens, un autor que ha vendido cientos de  miles de ejemplares de sus novelas (Te daré la tierra es la más vendida), pero que tampoco comenzó a escribir hasta que le llegó su jubilación.
Muchas similitudes hay entre el protagonista de sus novelas Dvae Gurney y él mismo, pues después de toda una vida viviendo en Nueva York, al jubilarse se trasladó al campo, a más de dos horas de la ciudad para vivir una vida distinta. Lo mismo que hace su detective al retirarse.
Y al igual que él, es una persona muy reflexiva y que no puede permanecer demasiado ociosa, por más que le encante contemplar las estrellas por la noche. Así que cuando no está escribiendo esas seis  horas que le dedica al día, tres a primera hora de la mañana y tres a última hora de la tarde la, está cortando leña o haciendo sus propios muebles de madera.
Con un lema: «Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes.»

Cinco son las novelas que ha escrito hasta ahora, protagonizadas por el policía retirado Dave Gurney:
-Deja en paz al diablo
-No confíes en Peter Pan
-Controlaré tus sueños






El buen pastor mata a las ovejas que viajan en Mercedes negro


ARGUMENTO

Dave está aún convaleciente de las heridas que sufrió en el caso anterior. Unas heridas que le han lastimado no tanto el cuerpo como el espíritu y le hacen sentirse deprimido y abatido. Mero nada mejor para olvidarse de tonterías como verse envuelto nuevamente en acción. Y eso es lo que le ocurre a Dave sin darse cuenta, cuando una periodista antigua amiga suya le llama para pedir que le eche una mano a su hija Kim.
A pesar de su juventud e inexperiencia,a Kim le ha llegado una gran oportunidad para una nueva serie televisiva de noticias en las que se tratará el caso de un asesino conocido como El Buen Pastor, que hace diez años mató a seis personas sin que nunca pudieran echarle el guante ni tener la más mínima pista de quién era. Víctimas que sólo tenían una cosa en común: conducían Mercedes de color negro. Lo único que se supo de él fue el manifiesto que dejó tras sus crímenes, como un nuevo vengador de la sociedad. Pero igual que apareció, desapareció. Un manifiesto por el que al asesino pasó a llamársele El Buen pastor:
«1.Si el amor al dinero, que es codicia, es la raíz del mal, se deduce que el mayor bien se obtendrá con su erradicación. 2. Como la codicia no existe en el vacío, sino que existe en sus portadores humanos, se deduce que la forma de erradicar la codicia es erradicar a sus portadores. 3. El buen pastor selecciona al rebaño, separando la oveja enferma de la oveja sana, porque está bien detener la extensión de la infección.»

La idea de Kim es entrevistar a los allegados de los asesinados, a aquellos que tuvieron que sufrir su pérdida. Un programa que llevará por título “Los herederos del crimen”. Pero remover un asunto de hace diez años, va a poner de nuevo en marcha al asesino.





EL LIBRO

Desde el primer momento se habló de este autor como el último llegado a la novela negra. Y sin embargo, más que novela negra lo suyo parecían novelas de intriga. De hecho el primer libro no pudo menos que recordarme a los enrevesados rompecabezas mentales que montaba Agatha Christie en sus novelas, unos casos que se resolvían más por el ingenio de sus sagaces inspectores, ya fuera el inspector Hercules Poirot o Miss Marple, que por un derroche de acción.
Sin embargo, poco a poco la serie ha ido derivando hacia un lado cada vez más negro, hasta el punto de que en esta última entrega puede hablarse sin complejos de auténtica novela negra. No se trata de los casos en sí mismos, de que supogan o no un mayor enredo mental, sino que tras ellos lo que parece existir es la presencia del mal. El Mal con mayúsculas.
El mal, señor Gurney. En el fondo de este caso hay un mal increíble. (Página 119)

Hay un sentimiento muy negativo sobre el fondo de la naturaleza humana, encabezada por unos programas de televisión que no dejan de ser otra cosa que el fiel reflejo de lo que somos.
«Esto es... asqueroso.
¿Sabes lo que es, cielo? Es la naturaleza humana.
A mi me suena a odio y codicia.
Exacto. Lo que he dicho: naturaleza humana.» 
(Página 431)

Además de la trama principal, la novela es una crítica feroz contra la televisión, o más concretamente contra una manera de concebir la televisión y la manera de presentar las noticias, en las que lo de menos es la verdad, sino la obtención de beneficios gracias a las noticias:
RAM TV era la máxima responsable de convertir un programa de noticias tradicional en un carnaval ruidoso, llamativo, hueco, perniciosamente dogmático y alarmista. (Página 20)

Esta a la vanguardia de todo lo que está mal en los medios de hoy día. Glorifican la agresividad y hacen virtud de la ignorancia. (Página 103
)
Como podéis ver, una crítica a la televisión que muy bien pudiera estar hablando de algunos de los programas estrellas de noticias (que algunos programas como “Sálvame” se consideren a sí mismos como programas con periodistas que dan noticias de actualidad no deja de sorprenderme) o cotilleos. Porque lo de glorificar la agresividad y hacer virtud de la ignorancia parece ser la clave del éxito de muchos de ellos, que cuanto más bruto y menos sepas, más popular parecer ser.

El protagonista de la serie, lejos de permanecer estancado en su personalidad, continúa desarrollándose. Nada tiene que ver el Gurney del primer libro con el que aquí nos encontramos. Algo por otra parte lógico, porque los acontecimientos que han ido sucediéndole, harían ilógico que fuera así.




DAVE GURNEY

Como acabo de comentar, el personaje de Dave Gurney sufre una constante evolución de una novela a otra, por lo que no está de más echarle un vistazo a como a ido cambiando este personaje a lo largo de la serie, viendo lo que iba diciendo de él desde la primera novela.

Se lo que estás pensando no se trataba solamente de la primera novela de John Verdon, sino que pretendía ser, como así ha sido, la primera de una serie de novelas que iban a tener como protagonista a Dave Gurney. Una novela de intriga que pretende ser el comienzo de una serie, ha de contar con un personaje central cautivador, de esos que difícilmente se olvidan y por supuesto, de esos que no se abandonan. Eso es lo que ocurre con Se lo que estás pensando.


Dave Gurney, es un inspector de homicidios retirado tras veinticinco años de servicio:
«Durante veinticuatro años había estado sumergido hasta el cuello en asesinatos y caos. La mitad de su vida. Incluso entonces, en su jubilación... ¿Qué había dicho Madeleine durante la carnicería del caso Mellery? ¿Que incluso en ese momento la muerte parecía atraerle con más fuerza que la vida?» (No abras los ojos; Página 267)

Pero su mente no se ha retirado, quizás porque lo suyo ha sido siempre la búsqueda de los por qués, una mente abstractiva que en muchos momentos le aleja de los seres que quiere:
«Aún no te has dado cuenta ¿verdad?
¿De qué?
De que tu cerebro está tan ocupado en el asesinato, dl caos, la sangre, los monstruoslas mentiras y los psicópatas, que no te queda sitio para nada más». (No abras los ojos; Página 159)

Pocas mentes tan introspectivas nos encontraremos en la literatura de intriga, pero puedo aseguraros que Gurney puede estar a la altura de algunos genios como Poirot o Sherlock Holmes (por favor, no me crucifiquéis sus seguidores)
«Se aferraba a la vida como si esta fuera un extraño enigma por resolverPero no todo en la vida era un enigma, habría dicho ellaHabía cosas que se abordaban de otras maneras. Misterios, no enigmasCosas que amar, no que descifrar».
(No abras los ojos; Página 98)

Aunque tanta introspección le hace aislarse de los demás, incluida su mujer, porque ante una intriga o un problema sin resolver, nada más existe:
«Madelaine le había dicho en una ocasión que su vida se había reducido a una actitud obsesivadesentrañar los misterios en torno a las muertes de otras personasNada más, nada menos, ninguna otra cosa.» (No abras los ojos; Página 88)

El problema para Gurney, es que él es como es, no puede evitar actuar así, pese a saber que con eso daña a su mujer y su relación de pareja. Es ante todo, un hombre bueno:
«Era un hombre tan bueno, tan decente y, sin embargo, tan cargado de culpa por ser humano... Tan torturado por sus errores e imprecisiones (…) Siempre estaba pensando. Pensando sin tregua en los problemas». (No abras los ojos; Página 98)

Vivir aislado no implica el estar volcado en su mujer. De hecho, Dave se plantea severas preguntas sobre su actitud, sobre lo que busca en la vida:
«¿Qué demonios está pasando contigo? ¿No queda sitio en tu cabeza para la vida ordinaria? Para una vida sencilla, compartida de manera buena y simple con personas comunesO quizá nunca ha habido espacio para eso. Tal vez siempre has sido como eres ahoraQuizá la vida aquí, en una cima aislada sin las exigencias del trabajoprivado de excusas convenientes para no estar nunca presente en la vida de personas que afirmas amarestá haciendo que la verdad sea más difícil de esconder¿La simple verdad podría ser que, en realidad, no te importa nadie?» (No abras los ojos; página 91)

Podremos ver también que otro de los temas de fondo de la novela son las difíciles relaciones matrimoniales. Porque aunque el matrimonio Gurney se quiera, son dos seres completamente diferentes Mientras que Madelaine es la eficacia y la acción inmediata, David es todo reflexión. Para él lo importante antes de actuar es haber examinado y sopesado todas las circunstancias.
Esta situación es algo que el autor reconoce tomado de su propio matrimonio, de las diferencias de caracteres entre él y su mujer, pues ante una misma circunstancia como contemplar una flor, mientras que ella pensará en su belleza y en la suerte de haberla encontrado, él pensará de dónde ha venido.
Además el matrimonio se enfrenta a esa etapa de la vida en que están ya solos y frente a frente, pues aunque él sólo tiene cuarenta y siete años, está ya jubilado tras veinticinco años como policía, unos años en los que la familia estaba en un segundo plano, con su cabeza en otra parte intentando encontrar las fisuras, las mínimas incongruencias de loa hechos que permitan resolver el caso
Madelaine pensaba que con el retiro la cosa cambiaría, pero la realidad se emperra en demostrarle que no es así, que uno es como es y en todo caso la profesión puede agudizar ese comportamiento.
Algo que ya pasó en el primer caso que se nos presentaba en el caso anterior y que vuelve a repetirse en éste, por lo que Madelaine se siente relegada, siente que no es el centro de la vida de Dave:
«¿Estar juntos alguna vez importará más que el hecho de que seas detective? ¿O perseguir lo que sea que siempre estás persiguiendo estará en el centro de tu vida?» (No abras los ojos; página 389)

La mayor evolución de Dave Gurney se produce en la tercera novela (Deja en paz al diablo). Las gravísimas heridas sufridas en la novela anterior han hecho que se tambaleen todos los principios de su vida, llevándole hasta el borde de la depresión, un borde que comienza a traspasar cada día con más frecuencia, quién sabe si u día sin vuelta atrás.
Esa sería la parte negativa, pero la positiva es que esa misma sensación de descontrol sobre su vida es la que le lleva a sacar a flote esos sentimientos que siempre han estado ocultos en él, a aumentar la sensibilidad para con respecto a sus seres más queridos, tanto su mujer, como ese hijo con el que no termina de entenderse.
Pero pese a todo lo que ha pasado, lejos de disuadirle le reafirma en su auténtica vocación. En una vocación a la que no ha puesto fin el hecho de dejar la placa:
«Soy detective. Quizá de un modo o de otro siempre lo he sido y siempre lo seréEsto es así, independientemente de los detalles de mi nómina o de lo que diga la cadena de mandoTengo un talento que me hace ser lo que soy. Y aprovecharlo es lo más importante.» (Deja en paz al diablo; página 178)






IMPRESIÓN PERSONAL

Es curioso que a pesar de que como trama Deja en paz al diablo, no sea tan intrigante ni tan llena de pistas y misterios insolubles como la de las dos novelas anteriores, y aunque parte de la trama pueda por momentos hasta ser previsible, sin embargo como novela a mi me ha parecido mucho más completa. Tal vez porque sin abandonar esa intriga, la novela se vuelve mucho más reflexiva sobre la condición humana, esa que hace dar por sentado a un programa de televisión (la crítica como ya comenté a parte de la programación televisiva es demoledora) que todos somos codiciosos.
Una condición humana que a pesar de hacer sentirse a Gurney más vulnerable, le hace avanzar como persona, sin por ello perder sus grandes dotes abstractivas para poder llevar hasta el final un caso casi tan complicado como los anteriores.
Aún gustándome la novela de intriga, me atrae mucho más cuando esta se aproxima más a la novela negra como es el caso de Deja en paz al diablo. Mucho más oscura, más profunda, más compleja que un simple juego mental para averiguar quién es el asesino. Y sobre todo, me gusta comprobar que el personaje no es un estereotipo desde la primera a la última novela, sino que evoluciona con los acontecimientos que van ocurriéndole.

No todo es perfecto. Hay un fallo que no se si atribuir a la traducción, aunque más bien sea cuestión de una disparidad de datos entre España y Estados Unidos (que deberían haberse señalado en una nota a pie de página), pues el protagonista se toma como si tal cosa tres ibuprofenos para combatir su dolor, o incluso cuatro de golpe.
Es probable, cosa que desconozco, que la dosis de Ibuprofeno en Estados Unidos sea de 200 mgrs, pero en España salvo que se indique otra cosa, cuando hablamos de Ibuprofeno lo hacemos de la dosis de 600 mgrs. Cuatro comprimidos es la dosis máxima al día, por lo que hablar de tomarse cuatro a la vez es un auténtico disparate, y un peligro para el lector no documentado que pueda pensar que efectivamente esa es la dosis “normal” de ibuprofeno.
Puede pareceros sin importancia, pero como profesional sanitario que soy, pienso que hay detalles en los que habría que tener más cuidado.

Como siempre, es recomendable que empieces a leer esta serie por el principio. Pero recomendable no es lo mismo que imprescindible, pues la propia novela te da las pistas suficientes como para que puedas comprender y disfrutar totalmente esta novela sin haber leído las anteriores.




Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de Móstoles




VALORACIÓN: 8/10




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7 comentarios:

  1. Solo he leído el primero, pero me gustaría seguir con la serie
    un beesote

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  2. Yo me quedé en la primera novela, quizás vaya siendo tiempo de que retome la saga. Besos.

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  3. Yo me quedé en el primero. Me gustó, pero no tanto como para dar prioridad al resto de los libros de la serie.
    Un beso!

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  4. Me gustaron los dos primeros. Y tengo pendiente el tercero. Y debe pasar algo con las dosis de ibuprofeno en Estados Unidos, en muchos libros pasa lo mismo se toman tres y cuatro de golpe.
    Un abrazo

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  5. No he leído aún nada del autor. Y tampoco es de los que más me tienten. Si se pone en mi camino caerá, pero si no...
    Besotes!!!

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  6. No he leído nada del autor y me apetece estrenarme con él. A ver si lo consigo pronto. Tiene muy buena pinta.

    Besos

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  7. Uno de mis autores pendientes!

    Besotes

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