viernes, 13 de mayo de 2016

CALIGRAFÍA DE LOS SUEÑOR (JUAN MARSÉ)

Caligrafía de los sueños

Juan Marsé




FICHA TÉCNICA

Título: Caligrafía de los sueños
Autor: Juan Marsé
Editorial: Lumen
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 496
PVP: 22,90 €







Editorial: DeBolsillo, 2012
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Páginas: 440






JUAN MARSÉ

La editorial nos dice de él:

Juan Marsé nació en Barcelona en 1933. En 1960 publicó su primera novela, Encerrados en un solo juguete, y en 1962 apareció Esta cara de la luna. Le siguieron Últimas tardes con Teresa, que en 1966 obtuvo el Premio Biblioteca Breve, La oscura historia de la prima Montse en 1970, y Si te dicen que caí en 1973. La muchacha de las bragas de oro le valió el Premio Planeta en 1978. Cuatro años más tarde aparecía Un día volveré, seguida de Ronda de Guinardó en 1984, y la colección de relatos Teniente Bravo en 1986. El embrujo de Shanghai recibió el Premio Nacional de la Crítica en 1994, y en el año 2000 se publicó Rabos de lagartija, que obtuvo tanto el Premio Nacional de la Crítica como el de Literatura. En 2005 se publicó Canciones de amor en Lolita´s club, en 2011 Caligrafía de los sueños y en 2015 la novela breve Noticias felices en aviones de papel, ilustrada por María Hergueta. En 2009 se le concedió el Premio Cervantes de las Letras Españolas. 

Esa puta tan distinguida es su novela más reciente.






ARGUMENTO

Esta es la historia de un chaval llamado Ringo. Bueno, en realidad su nombre es Domingo, pero todo el mundo le llama Ringo (como el personaje de John Wayne en La Diligencia):
«Mi nombre es Domingo, muñeca, pero de pequeño me quitaron el do, la primera nota de la escala musical y se quedó en Mingo, nombre mutilado, como mi dedo. Me quitaron la nota musical, pero yo cambié una letra, una sola, y desde entonces hay que buscarme por las praderas de Arizona, lejos de este cochino barrio» (Página 289)

En el fondo, Ringo es un soñador, siempre imaginando las más descabelladas “aventis” con sus amigos del barrio, esos relatos que narran en voz alta y en la que se convierten en protagonistas de aventuras imposibles. Las de Ringo marcadas por sus muchas lecturas, entre las que destacan las de Winetou y Old Shatterhand, personajes del Oeste creados por Karl May y en las que Ringo deja volar libremente su imaginación.
Una imaginación que vuela tan libremente y que le hace estar tan abstraído, que le cuesta un dedo en el taller en el que está trabajando. Y junto con ese dedo, se va uno de los sueños de Ringo, el de llegar a ser un gran pianista. Lo cual no es obstáculo para que siga soñando con convertirse en el famoso pianista de los nueve dedos.
Su vida es un ir y venir de sus grandes pasiones, los libros y el cine, esos cines que gracias a los contactos de su padre, encargado de desratizar los locales, visita con frecuencia por facilitarle los porteros la entrada gratis.
«¿La vida de los demás? Si los demás no están en las novelas o en las películas, le merecen apenas un vistazo por encima del hombro y una consideración aburrida.» (Página 79)

Y en sus ratos libres, mientras lee o relee sus libros, ve la vida pasar desde el bar de la señora Paquita, tamborileando los dedos sobre la mesa como si repasara esas escalas de piano que ni sus padres pueden pagarle ni él ya podrá hacer con sus dedos incompletos. Desde allí asiste a la extraña historia de amor de la señora Mir y el señor Alonso.
Vicky Mir, un personaje inolvidable a la vez que entrañable, el de esta mujer casada con un camisa “azul” que un día enloqueció, con una hija Violeta por la que Ringo se siente atraído y que se gana la vida dando masajes en su domicilio, mientras vive una existencia de abandono y soledad en espera de una carta que nunca parece llegar. Una carta de amor, del amor que ella una mujer enamoradiza siente por el señor Alonso, al que sin embargo echó de su casa con cajas destempladas. Solo por la presencia de este personaje, merece la pena leer el libro.

Ringo será involuntariamente protagonista de esa historia de amor al ser portador de la carta que el señor Alonso se decide finalmente a enviar.






CALIGRAFÍA DE LOS SUEÑOS

Es muy fácil quedarse atrapados en los estereotipos o en las etiquetas mentales, que pueden llevarnos a pasar por alto o desechar auténticas joyas literarias.
Si digo que la acción de esta novela tiene lugar en la Barcelona de la postguerra, no sería raro que muchos la desechaseis pensando que es otra vez "más de lo mismo" y que el tema no os interesa o que lo tenéis ya muy sobado. ¿El tema? ¿Qué tema? Porque Caligrafía de los sueños es la historia de la iniciación a la vida de Ringo, un chaval de un barrio barcelonés, que nació en el año 1933.
No es una novela política, aunque inevitablemente el trasfondo político salga a relucir, como esa evocación de un niño viendo desde el balcón la entrada de los nacionales en Barcelona, con lo que eso implica de dolor por la derrota. Un dolor que él no puede tener, pero que ve reflejado en el rostro de su padre.
O en aquel otro espeluznante episodio de la quema de libros. Libros cuyo único delito era estar escritos en catalán. Dolor por su quema, porque además los que quemaban los libros, junto con sus carnets de la CNT eran los que amaban dichos libros, pero amaban más su vida y tenerlos se había convertido en un peligro y un riesgo que no podían permitirse. Una quema de la que ni siquiera se libra uno de los héroes de Ringo, un aviador del que ve cómo arden las páginas con la ilustración del avión. Es lo que tiene dejar los libros en cualquier sitio.
O el anticlericalismo radical del padre de Ringo, que no soporta una Barcelona cubierta de las sotanas negras de los vencedores que se pasean por la ciudad impartiendo doctrina. Anticlerical que respeta no obstante las creencias de su mujer.
O esa definición de Barcelona y España como el culo del mundo. Que es lo que fue en una época en la que estuvimos completamente aislados del mundo, intentando reconstruir un país sin la ayuda de nadie y aislados por fuerza del resto de las naciones.






IMPRESIÓN PERSONAL

Hacía ya mucho tiempo que no leía nada de Marsé, aunque recuerdo como algo extraordinario su Últimas tardes con Teresa, aunque de eso hace ya mucho tiempo. Esta es su obra más autobiográfica, dentro de que en el fondo uno siempre escribe sobre lo que ha vivido o querido vivir.
Lo de su obra más autobiográfica no es una apreciación mía, pues para eso tendría que conocer a fondo la vida del autor, sino lo que él mismo ha declarado en numerosos medios de comunicación y entrevistas. Al igual que Ringo, él fue un hijo adoptado debido a un peculiar cúmulo de circunstancias y casualidades. También quiso ser pianista pero sus padres no tuvieron dinero para pagarle las clases de piano. Y fue un apasionado del cine (aquellos maravillosos programas dobles) y la lectura. Claro, que esta última parte podemos compartirla muchos lectores, aunque a diferencia de él, mi mundo no fue el de Barcelona y sus cines, sino el de Madrid.

El arranque del libro es de lo más espectacular que he leído en los últimos años, con la historia de esa mujer que parece volverse loca y corre a suicidarse poniendo la cabeza sobre los raíles del tranvía. Solo que es un tramo de vía olvidado entre el adoquinado de la calle, unos raíles por los que hace ya mucho tiempo que no circula ningún tranvía.
«¿Tan grande fue el disgusto de esa mujer, tan tremendo y tan insoportable el desaire amorosoque hasta le hizo perder el sentido de la realidad sobre unos pedazos de raíl inservibles?» (Página 78)


Barcelona
Es cierto que me gustan las historias que nos cuenten el paso de la niñez a la adolescencia y a la madurez, historias que nos hablan del desarrollo de una nueva personalidad, de los acontecimientos que determinan que el rumbo de una vida vaya hacia un lado o hacia otro, de esas primeras historias de amor, no siempre alegres que pondrán para siempre un sello en el corazón del que las vive.
Pero esto que parece tan sencillo, en la práctica necesita de la pluma de un gran escritor para diseccionar esos sentimientos, para narrarlos de manera que nos lleguen al corazón y podamos sentirnos identificados con ellos. Y eso es lo que consigue Marsé con su Caligrafía de los sueños.

Y en mi caso lo consigue a pesar de la dificultad añadida que puede suponer el encontrarme en un paisaje que me es totalmente desconocido. Tengo que fiarme de las descripciones del autor, pues mis recuerdos no son los de Barcelona, sino de los de un Madrid que, al igual que aquella Barcelona, ya no existen, han cambiado irremisiblemente. Las ciudades ya no son las mismas, aquellos cines de programa doble a los que iba con la pandilla, hace ya mucho tiempo que cerraron o se reconvirtieron. Y España, por más que algunos se empeñen en insistir en lo contrario, hace ya mucho tiempo que dejó de estar aislada y ser ese “culo del mundo” del que nos habla Marsé en la novela.
Una historia que además está llena de otras pequeñas historias, como la vida del padre de Ringo, ese cazador de ratas profesional, pero que al mismo tiempo es algo más que eso, con sus misteriosos viajes hacia la frontera, rozando la legalidad, aunque no sabemos si por actividades de tipo político, o simplemente de extraperlo, algo que poco a poco se nos irá desentrañando en el libro.
O aquel inicio nunca terminado de desarrollar pero que recoge Ringo en sus primeros escritos de unos extraños escalones en la ladera de un monte:
«En su vertiente sur, labrados sobre una roca, hay tres solitarios peldaños de una escalera que nunca se terminó, que nadie sabe adónde quería subir.» (Página 222)



Una lectura imprescindible para los amantes de la buena literatura.





VALORACIÓN: 10/10







5 comentarios:

  1. Caramba Pedro, no he leído nada del autor y aún tengo mis dudas de si es para mi pero lo que cuentas de ésta me atrae. Me la anoto.
    Besos

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  2. La última novela que leí de Juan Marsé fue Si te dicen que caí. Y de esto hace ya unos cuantos lustros. Sin duda alguna, esta la leería. Tiene toda la pinta de que me atraparía la trama. Saludos.

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  3. Gracias por la reseña, no lo conocía.
    Besos

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  4. Hace años que no leo nada de este autor. Y desde luego me dejas con ganas de leerle otra vez.
    Besotes!!!

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  5. Es un autor que tengo pendiente... todavía no me he animado con él U.U

    Besotes

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