jueves, 15 de noviembre de 2012

LA MARCA DEL MERIDIANO (LORENZO SILVA)




Portada de la novela

Título: La marca del meridiano
Autor: Lorenzo Silva
Edirotial: Planeta. 2012
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 400
PVP: 21,00 €

Editorial: Planeta, 2019
Encuadernación: Tapa blanda, bolsillo
Páginas: 400
PVP: 8,95 €









Manda la actualidad, así que hoy os traigo la reseña del reciente Premio Planeta, que salió a la venta el pasado día 6 de noviembre y que tras comprarlo el mismo día pasé a devorar con rapidez.



La invisible línea imaginaria que separa el bien del mal, Madrid de Barcelona

Si hay un concurso literario que esté bajo sospecha, ese es el Premio Planeta. Siempre he tenido, sensación compartida por muchos, que el premio está concedido antes de que empiece el concurso en sí mismo, hasta el punto de que muchas veces es mejor la novela finalista que la propiamente ganadora del concurso.
Lo ocurrido este año, no ayuda a despejar sospechas, más bien las acrecienta. Mucho pseudónimo, pero ¿para qué? Publica la prensa que la novela ganadora se presentó bajo el título seudónimo “Te protegeré”, pero ¿qué más da el pseudónimo? Ya en la cuarta línea nos habla de la sargento Chamorro y poco más hay que avanzar para que aparezca el nombre de Rubén, nuestro Bevilacqua del alma. Muy poco leído tiene que ser un jurado para no reconocer la pareja de la Guardia Civil más conocida de toda España, surgida de la pluma y la imaginación de Lorenzo Silva. De ahí a pensar que el premio estaba entregado de antemano, que le pidieron a Lorenzo Silva que presentara la séptima entrega de las aventuras de sus guardia civiles no hay más que un paso.

Dicho lo cual, y aún no conociendo el resto de las novelas presentadas, no voy a decir que el premio sea injusto, aunque sólo sea como homenaje a un escritor que ha renovado la novela negra, que ha sabido crear un estilo propio, que ha sabido aunar calidad y comercialidad (pecado supremo para algunos críticos). Y no olvidemos que ante todo, el Premio Planeta es un montaje comercial.


Lorenzo Silva con el Planeta
Y si los méritos literarios no fueran suficientes, la ceremonia y la intervención en la misma de Lorenzo Silva, bien compensaron la concesión del premio. Ubiquémonos. Presentes en la sala están el ministro Wert intentando españolizar Cataluña, el President Artur Mas intentando independizar y liberar a Catalunya de España. Como árbitro Jose Manuel Lara, el máximo responsable del grupo Planeta amenazando con llevarse todo a Cuenca si Cataluña se declara independiente.
Y Lorenzo Silva, con todas las cámaras apuntando al ministro y el presidente, que si se dan o no la mano, que si se hablan o no, que si sonríen, que si están serios, se descuelga con un discurso que comienza en castellano para rematarlo en catalán. Ahí es nada, un madrileño en Barcelona.

Porque finalmente eso es lo que es ahora Lorenzo Silva, un madrileño que ha cambiado un pueblo periférico de Madrid (Getafe) por otro de la periferia de Barcelona por amor. No por amor a la tierra, sino por amor a una mujer con la que se ha casado y por la que ha cambiado la residencia.

Un discurso del que más les valiera tomar nota a los políticos. En dicho discurso Silva ha pedido «que las líneas divisorias que haya entre Madrid, mi ciudad natal, y Barcelona, también mi ciudad, no sean más que ese meridiano de Greenwich -a que hace alusión el título de la novela ganadora-, que no es más que una línea imaginaria, que no necesitan pasaportes para cruzarla.»

Y agregó, bajo la experiencia de aquel que tiene la vivencia de dos lugares diferentes, que con matices tienen muchos elementos comunes «percibo cierta frustración al ver que esos matices se imponen a los muchos elementos que tienen en común.» También aseguró que «nos falta vivirnos más y visitarnos menos, porque vamos mucho de visita, pero nos vivimos muy poco.»


Y antes de pasar a la novela propiamente dicha un apunte del autor que aparece en su blog:

«¿Qué decir aquí? Por una vez, seré sucinto. Después de darme tantas otras alegrías, Bevilacqua y Chamorro, mis leales beneméritos, me procuraron también ésta. Un premio importante, sobre todo, por la posibilidad que les da, y me da, de llegar a mucha más gente. Con ellos me atreví a hacer esta apuesta, no en vano se han acreditado como mi mejor baza de cara a los lectores. Procuré además que la novela, en la que se cala como nunca antes en las honduras de Vila, con una historia de lealtades traicionadas y de gente que falla (y que viene a ser metáfora de un país que también se traicionó y se falló en cierto modo a sí mismo), fuera la mejor de la serie. Pero eso ya no lo juzgo yo.»


ARGUMENTO


El pasado llama a la puerta de Bevilacqua. Ha aparecido muerto, colgado y con señales de terribles torturas un guardia civil que fue compañero de Bevilacqua, que es elegido para encargarse del caso pese a las connotaciones afectivas que pudiera tener con el muerto.
Un caso que hará volver a Bevilacqua a una parte de su vida que tenía enterrada, a su estancia en Barcelona donde Robles, el que ahora ha aparecido asesinado fue su mentor, el que le enseñó buena parte de lo que sabe.
Un caso que desde un primer momento resulta doloroso para Bevilacqua, pues todo apunta a que detrás de dicho asesinato se oculta un caso de corrupción en la Guardia Civil. Y a nadie le gusta descubrir que un antiguo compañero y amigo haya podido perder su honor, eso que tienen a gala y que juran mantener todos los que se incorporan a la Guardia Civil, y convertirse en un corrupto.




LA NOVELA

La marca del meridiano es la séptima entrega de las novelas que tienen como protagonistas a Bevilacqua y Chamorro.

Las novelas que componen hasta ahora la serie son las siguientes:
-El lejano país de los estanques (1998). Premio El Ojo Crítico 1998.
-El alquimista impaciente (2000). Premio Nadal.
-La niebla y la doncella (2002): Ambientada en Canarias
-Nadie vale más que otro, cuatro asuntos de Bevilacqua (2004): Cuatro novelas cortas
-La reina sin espejo (2005): La acción transcurre en Barcelona
-La estrategia del agua (2010): Madrid es el escenario de esta novela

-La marca del meridiano (2012): Ganadora del Premio Planeta

Desde la primera novela de la serie, Lorenzo Silva ha hecho que sus personajes envejezcan en tiempo real. Si han pasado dos años desde la entrega anterior, La estrategia del agua, los personajes tendrán ahora dos años más. Eso permite constatar una evolución real de los personajes, esa que van teniendo con el transcurso de los años. Hay que tener en cuenta también que Bevilacqua es apenas dos años más joven que el autor, por lo que podrá ir pasándole parte de las experiencias vitales que la edad va poniendo por delante.
Nada tiene que ver esa agente Chamorro novata y vacilante, como ocurre ahora con Andreu, la última incorporación al grupo, con la sargento Chamorro de esta última novela. La relación entre la pareja ya no es la de un superior enseñando a un novato, sino la de dos personas que se tratan en plan de igualdad, consciente Bevilacqua de la capacidad de Chamorro, hasta el punto de empezar a delegar en ella parte de sus funciones.

Al margen de la vuelta a Barcelona de esta novela, que supone un capítulo aparte que os pongo a continuación, La marca del meridiano es otro paso adelante en la serie, con revelaciones sobre el pasado de Bevilacqua que se apuntaban ya en La reina del espejo, un pasado que tiene que ver con su estancia en Barcelona que marcó tanto su vida profesional como personal y que su vuelta a la ciudad vuelve a poner sobre el tapete.

No pierde Lorenzo Silva una de las características de su novela negra: el sentido del humor. Un sentido del humor propio, lejos de ese cinismo propio de algunos de los grandes personajes de la novela negra. Está más bien teñido de un cierto sentido filosófico de la vida y de la observación de la realidad que nos rodea, esa que le lleva a comparaciones con personajes de actualidad como Bisbal o Clooney
«Si esto lo hizo un tío solo, me aguanto un concierto entero de Bisbal.» (Página 62)

«Le dedicó una sonrisa que pareció un remedo de la que alquila George Cloooney para sus anuncios de cafeteras.» (Página 223)



LOS PERSONAJES


Cada nueva novela de la serie es un paso más en la profundización de los personajes, y La marca del meridiano no es la excepción. Si bien es en La reina sin espejo donde más progresa la relación entre los personajes, donde mejor se definen, hay aspectos novedosos en esta nueva novela, que nos muestra nuevas facetas de la vida personal de Bevilacqua.
Al final de este comentario podéis encontrar la ampliación del capitulo que dedico en cada una de estas novelas a la pareja Beilacqua-Chamorro, al margen de este breve resumen que de los personajes de esta novela os presento.


Rubén Bevilacqua:
Ya en la novela anterior nuestro sargento se ha convertido en brigada. Es lo que tiene el ir acumulando trienios, que poco a poco van llegando con ellos los ascensos. No solo el suyo, que su jefe Pereira es ya teniente coronel y continúa con ganas de ascender. Y la cabo Chamorro es ya sargento. Pero a pesar del ofrecimiento de su jefe, no quiere animarse a presentarse al curso para oficial, para poder ascender a teniente.
Muy poco dado es Bebilacqua a hablar de su pasado y de su vida íntima, un breve atisbo de la cual pudimos vislumbrar en La reina sin espejo y rematarlo ahora en La marca del meridiano, donde sabemos el por qué de su solitaria vida.

En La estrategia del agua pudimos conocer otra faceta, la de padre divorciado y con un hijo adolescente, al que intenta por todos los medios de acercarse a pesar de lo complejo que es el horario y el trabajo que desempeña. Un acercamiento que pasa incluso por el animar a su hijo que juego al fútbol, un deporte que nunca ha gustado a Bevilacqua, si bien finalmente su hijo ante la certidumbre de que nunca va a triunfar en ese campo, se vuelca, no sin cierto escepticismo en sus estudios. Poco avanza la relación entre ambos en esta novela, más que nada porque la investigación lle lleva fuera de Madrid.


Virginia Chamorro:
La ya sargento Chamorro va adquiriendo confianza y seguridad en si misma, lejos de aquella tímida muchacha que conoció Bevilacqua. Bueno, tímida sigue siendo, pero ya nada la para en las permanentes pullas que intercambia (siempre de lo mejor de las novelas) con Bevilacqua.

No han cuajado ninguna de las relaciones sentimentales que ha mantenido, pero no contribuye tampoco a acortar las distancias que le separan de Bevilacqua.


Juan Arnau:
Un de las novedades que nos presentaba La estrategia del agua es un nuevo compañero para la pareja, un “becario” al que tienen que formar. O deformar, según se mire. Una situación que aprovecha Lorenzo Silva para irnos desentrañando el modo de operar la Guardia Civil, de a la vez que alecciona al nuevo miembro de la unidad, explicarnos las claves de una investigación policial.
Un Juan al que Bevilacqua se niega a llamarle por su nombre castellano y va alternando las mil maneras de decir Juan en los distintos idiomas.

Algo va espabilando ya Arnau, lo cual no es óbice para que su nombre siga cambiando de una página a otra.


BEVILACQUA EN BARCELONA


En Barcelona transcurría buena parte de la acción de La Reina sin espejo, lo cual le permite a Lorenzo Silva para mostrarnos su opinión sobre Barcelona y de paso mostrarnos el estado de las autonomías y lo que la transferencia de competencias implica para la Guardia Civil en Cataluña. Han pasado siete años de aquella aventura, pero a ella se hacen numerosas referencias, no sólo porque uno de los personajes que en ella aparecían sea el muerto protagonista de la nueva novela.


Meridiano de Grenwich sobre la A2
En ella aprovechaba Lorenzo Silva para darnos una visión de Barcelona que muchas veces surge en contraposición con Madrid, como esta visión de las cafeterías barcelonesas, bien es verdad que antes de que la nueva ley antitabaco cambiase la atmósfera de las cafeterías madrileñas:
«En Madrid, por regla general, uno puede elegir para tomarse un café entre el bar cutre y la cafetería rancia; ni se conoce ni se aprecia demasiado esa sensación de limpieza y confort peculiar de la hostelería barcelonesa.» (La Reino sin espejo, página 125)

Además de los paseos en coche por los atascos barceloneses, la visita al Parque Güell, la vista del Tibidabo o el recuerdo del Pueblo Nuevo, no se resista a dejar una perla sobre la última "joya" de la arquitectura barcelonesa:
«El día no era demasiado claro, pero permitía divisar los perfiles de una Barcelona que había sufrido desde la época en que la había conocido algunas alteraciones ostensibles; la que más destacaba, con mucho, era el insolente edificio en forma de supositorio que se alzaba mirando hacia la parte del Besos.» (La Reina sin espejo, página 107)

Cinco años antes de que las elecciones autonómicas catalanas nos dejaran esa perla de que «En Andalucía no paga impuestos ni Deu», este pensamiento y sentir ya está recogido por Lorenzo Silva en este libro:
«Por nuestra experiencia de recorre autonomías, en este país ya todo el mundo acusa al vecino de robarle la cartera, en cuanto no se sale con la suya o el otro se lleva una porción de tarta.» (La Reina sin espejo, página 93)

Resulta estimulante, y lo digo como madrileño, ver como trata Lorenzo Silva la cuestión idiomática, defendiendo el derecho de los catalanes de expresarse en su lengua, si bien también manifiesta la dificultad que su uso e imposición supondrá para muchos castellano parlantes residentes en Cataluña a la hora de buscar o cambiar de trabajo, como es el caso de la Guardia Civil, muchas de cuyas competencias estan siendo asumidas por la Policía Autónoma (los Mossos), por lo que la presencia de la Guardia Civil es cada vez menor, lo que obliga al traslado a otras zonas de España, con los problemas familiares que eso conlleva de cambio de domicilio, colegios o pérdida de trabajo de la pareja. O intentar encontrar un nuevo trabajo, algo como decía antes, no siempre fácil por el idioma.
Todos estos espinosos temas son tratados con claridad pero sin acritud por Lorenzo Silva.


Han pasado siete años, durante los cuales muchas cosas han cambiado en las relaciones entre Barcelona y Madrid, y eso que a la novela no le ha dado tiempo a recoger entre sus páginas las proclamas independentistas ni los nuevos enfrentamientos entre los gobiernos central y catalán. A través de los diálogos entre Bevilacqua y Chamorro, llena ésta de prejuicios contra Calaluña, va desmontando Lorenzo Silva algunos de los tontos estereotipos que en torno al tema hay configurados. Incluso a uno de ellos le da la vuelta de tal modo, que resulta que los catalanes son “genuinamente” españoles:
«¿No dices siempre que los catalanes son unos quejicas?
¿Y no lo son?

Como los andaluces, o los murcianos, o los gallegos, o los astures, o los euskaldunes o los canarios. Si no se queja, no es español.» (La marca del meridiano; página 216)

No pude menos que disfrutar al desbaratar también otro de los prejuicios más extendidos,a quel que liga a la Guardia Civil con el franquismo, como si siempre hubieran sido una fuerza fascista y lo hace recordando a Aranguren el general de la Guardia Civil que salvó la vida a Lluís Companys, Presidente de la Genralitat de Catalunya, general aue por permanecer fiel a la II República fue finalmente fusilado al acabar la contienda.

Con todo, no se puede dejar pasar por alto el párrafo que da título al libro (redactado también de otra manera en la página 154) y que sirvió también de base para el discurso de aceptación del premio:
«Anochecía ya sobre el desierto de Los Monegros cuando pasamos, de regreso a Madrid, bajo el arco del nuevo meridiano de Greenwich. Estaba iluminado, como solía en cuanto se iba al luz natural: Verlo aparecer así, refulgiendo en mitad de la llanura, se me antojó una imagen simbólica. Ahí estaba, la raya que separaba el este del oeste, Barcelona de Madrid, mi ayer de mi presente y mi futuro. Después de todo, aquella divisoria trazada sobre el globo terráqueo no era más que una convención, decidida hace ya mucho por gente que había muerto (La marca del meridiano; página 398)


IMPRESIÓN PERSONAL


Soy un enamorado de la novela negra. Y disfruto especialmente con toda aquella en la que esté muy presente el humor. Ese es el caso de Lorenzo Silva y su pareja de guardia civiles. Quizás por eso no soy muy imparcial a la hora de enjuiciar esta novela, cuya existencia conocía desde antes de que se publicara, aunque nunca sospeché que fuera a convertirse en el Premio Planeta 2012. Otro gran premio para el autor y la serie que ya tiene el Premo Nadal 2000 por El alquimista impaciente y El Ojo Crítico 1998 por El lejano país de los estanques.

No es ésta para mí la mejor de las novelas de la serie, pero mantiene el altísimo nivel de la misma. Prosigue esa evolución de Bevilacqua que tras pasar su peculiar crisis de los cuarenta (La reina sin espejo), pensar en abandonarlo todo (La estrategia del agua), le empieza a entrar una resignación filosófica al acercarse a los cincuenta:
«Me faltaba menos de dos años para cumplir los cincuenta y llevaba ya veinte investigando homicidios. Era un viejo zorro, y los viejos zorros saben esperar a que escampe. Incluso cuando en el cielo los nubarrones se vuelven cada vez más negros.» (La marca del meridiano; página 15)

Quizás por saberse destinada al Premio Planeta y por tanto a un público que no son sus lectores habituales, las primeras páginas son un resumen del personaje de Bevilacqua para esos nuevos lectores, al mismo tiempo que aprovecha para hacer una reflexión vital sobre lo que ha sido su vida hasta entonces:
«En lugar de iluminar a mis semejantes con el faro de mi sabiduría, he usado mi pobre linterna para deshacer las sombras que llevan a algunos a disponer de la vida de otros. No es la más envidiable ocupación en la que pueda uno consumir sus días, pero con la perspectiva que me da el tiempo, veo que el itinerario podría haber sido peor.» (La marca del meridiano; página 16)

Oportunísimas sus anotaciones sobre el desencuentro, (mejor llamarlo así que calificarlo como “conflicto”) entre catalanes y españoles. Algo que sin duda surge del mutuo desconocimiento. Nos lo cuenta un madrileño casado con una barcelonesa: las fronteras son una raya trazada en un papel, o la representación de un meridiano iluminado sobre un carretera, en cualquier caso, una ficción como esta novela.

La trama, como todas las de Lorenzo Silva, está bien planteada y bien resuelta. Me ha gustado especialmente, esa manera de mostrarnos cómo la separación entre el lado bueno y el lado oscuro, es mínima, tan tenue e invisible como ese meridiano del que nos habla en la novela.
Como seguidor de Lorenzo Silva y de esta serie, he disfrutado con la lectura de la novela, con las agudas alusiones a la vida cotidiana (la crisis ¡cómo no! está presente), con esa cuidada prosa de Lorenzo Silva, que de paso nos va mostrando sus preferencias musicales, cinematográficas o literarias.
Si tu eres seguidor de la serie, disfrutarás con la novela. Si no lo eres, es una buena ocasión para conocerla y poder luego empezarla desde el principio, que los precios además en ebook son muy razonables, pues el ebook _Bevilacqua y Chamorro que contiene las seis primeras novelas de la serie cuesta 14,24 € en la versión kindle de Amazom.






Valoración: 8/10 



Si quieres conocer más reseñas de novela negra, pincha AQUÍ

9 comentarios:

  1. A pesar de la buena nota que le has dado me parece díficil que acabe leyendo este libro. Primero el premio Planeta no suele coincidir con mis gustos (lo he comprobado a través de los años) y segundo el autor me da una increíble pereza

    ResponderEliminar
  2. Pues yo todavía no me he estrenado con este autor y tengo muchas ganas de hacerlo porque la novela negra me gusta mucho, aunque antes de llegar a este volumen prefiero leer los anteriores de la serie
    besos

    ResponderEliminar
  3. Grande Silva. Estoy deseando retomar a esta pareja

    ResponderEliminar
  4. Yo también soy muy reacia a la hora de leer el planeta de turno, aunque al final siempre acaba por caer, ya que también soy de las que piensa que el premio ya ha sido concedido de antemano, pero en este caso no es así. Me encanta la novela negra, y la pareja de Guardias Civiles figura entre mis favoritos. Lo leeré seguro, aunque temo que tendrá que esperar a 2013.

    Un beso shakiano!!

    ResponderEliminar
  5. Me parece a mí que tú los libros los devoras todos con rapidez, jajajaja.

    ResponderEliminar
  6. No leí esta serie y al autor le tengo ganas, así que seguro que me animo con él.

    ResponderEliminar
  7. Creo que lo compramos el mismo día pero todavía no me he puesto con él. Lorenzo Silva me gusta mucho, la serie de Bevilacqua la sigo desde el principio así que lo disfrutaré seguro.
    Besos,

    ResponderEliminar
  8. Ya sabes que me encanta esta pareja "guardiacivilesca" y que tengo este libro esperándome en mis estanterías.
    Besos

    ResponderEliminar
  9. Ya sabes que le tengo ganas a este libro, incluso espero que mis Reyes Majos lo traigan hasta mi casa la mañana del día 6 de enero :)

    ResponderEliminar

Analytics