sábado, 30 de noviembre de 2013

LA REINA SIN ESPEJO (LORENZO SILVA)

Bevilacqua y su crisis de los cuarenta


FICHA TÉCNICA

Título: La reina sin espejo
Autor: Lorenzo Silva
Editorial:
Encuadernación:
Páginas
PVP: 17,50 €









LA SERIE BEVILACQUA

Desde que retomé la serie del sargento Bevilacqua y la cabo Chamorro, tuve que frenarme para no leerla toda de un tirón, de irme dosificando hasta llegar al último libro publicado hasta ahora. Es más, para dilatarla, empezaré por el primer libro, que me había saltado y releeré el segundo, que seguro que ahora le saco cosas nuevas.
La que hoy os presento es la quinta entrega: La Reina sin espejo.

Las novelas que componen hasta ahora la serie son las siguientes:
-El lejano país de los estanques (1998). Premio El Ojo Crítico 1998.
-El alquimista impaciente (2000). Premio Nadal.
-La niebla y la doncella (2002).
-Nadie vale más que otro, cuatro asuntos de Bevilacqua (2004).
-La reina sin espejo (2005).
-La estrategia del agua (2010)
-La marca del meridiano (2012) Premio Planeta
-Los cuerpos extraños (2014)





LA REINA SIN ESPEJO

A Bevilacqua le asignan normalmente casos en que el cadáver ya ni huele, casos difíciles de resolver que llevan tanto tiempo sin solucionarse, que las pistas están ya muy frías y el cadáver hace mucho tiempo que ya ni huele. O bien, le tocan casos como el de esta novela, en que la notoriedad del asesinado y las presiones políticas para resolver el caso requieren la intervención de los mejores agentes, que son los de la Unidad Central, o sea, Bevilacqua, que es su mejor elemento.
Esas son precisamente las circunstancias del caso que nos cuenta esta novela, el asesinato de una conocidísima periodista televisiva (es lo que tiene salir en televisión, que todos te conocen). Neus Barutell se llama la periodista, que además está casada con un consagrado escritor catalán.
El brutal asesinato (veintisiete puñaladas en cuello, brazos, tórax y abdomen) tiene lugar en un pueblo de Zaragoza, en el que la víctima se había encontrado con un amante, ¿su asesino? A poco más de dos horas por autopista de Barcelona, es obvio que aunque el asesinato se cometiera en el pueblo, los culpables se encontrarán en Barcelona, donde vive el viudo y aquellos que conocían a la presentadora, por lo que las investigaciones se encaminan hacia allí.





BEVILACQUA EN BARCELONA

En Barcelona transcurre buena parte de la acción de La Reina sin espejo, lo cual le permite a Lorenzo Silva mostrarnos su opinión sobre Barcelona y de paso hacer un repaso del estado de las autonomías y lo que la transferencia de competencias implica para la Guardia Civil en Cataluña.
Una visión de Barcelona que muchas veces surge en contraposición con Madrid, como esta visión de las cafeterías barcelonesas, bien es verdad que antes de que la nueva ley antitabaco cambiase la atmósfera de las cafeterías madrileñas:
«En Madrid, por regla general,uno puede elegir para tomarse un café entre el bar cutre y la cafetería rancia; ni se conoce ni se aprecia demasiado esa sensación de limpieza y confort peculiar de la hostelería barcelonesa». (Página 125)

Además de los paseos en coche por los atascos barceloneses, la visita al Parque Güell, la vista del Tibidabo o el recuerdo del Pueblo Nuevo, no se resista a dejar una perla sobre la última "joya" de la arquitectura barcelonesa:
«El día no era demasiado claro, pero permitía divisar los perfiles de una Barcelona que había sufrido desde la época en que la había conocido algunas alteraciones ostensibles; la que más destacaba, con mucho, era el insolente edificio en forma de supositorio que se alzaba mirando hacia la parte del Besos». (Página 107)

Cinco años antes de que las elecciones autonómicas catalanas nos dejaran esa perla de que «En Andalucía no paga impuestos ni Deu», este pensamiento y sentir ya está recogido por Lorenzo Silva en este libro:
«Por nuestra experiencia de recorre autonomias, en este país ya todo el mundo acusa al vecino de robarle la cartera, en cuanto no se sale con la suya o el otro se lleva una porción de tarta.». (Página 93)

Resulta estimulante, y lo digo como madrileño, ver como trata Lorenzo Silva la cuestión idiomática, defendiendo el derecho de los catalanes de expresarse en su lengua, si bien también manifiesta la dificultad que su uso e imposición supondrá para muchos castellano parlantes residentes en Cataluña a la hora de buscar o cambiar de trabajo, como es el caso de la Guardia Civil, muchas de cuyas competencias estan siendo asumidas por la Policía Autónoma (los Mossos), por lo que la presencia de la Guardia Civil es cada vez menor, lo que obliga al traslado a otras zonas de España, con los problemas familiares que eso conlleva de cambio de domicilio, colegios o pérdida de trabajo de la pareja. O intentar encontrar un nuevo trabajo, algo como decía antes, no siempre fácil por el idioma.
Todos estos espinosos temas son tratados con claridad pero sin acritud por Lorenzo Silva.

Dentro de esa inmersión lingüística, aparecen varios poemas en catalán, del que he seleccionado este de Joan Margarit, porque define muy bien el estado de ánimo melancólico de Bevilacqua, y porque también me han llegado al corazón:
«Jo era un jove inexpert i tu una noia
desamparada i càlida.
L´ombra de l´iltima oportunitat
Està oculta la lluna.
Sóc un vell inexpert.
I tu una dona gran desemparada».

Yo era un joven inexperto y tú una chica
desamparada y cálida.
La sombra de la última oportunidad
está ocultando la luna.
Soy un viejo inexperto.
Y tu una mujer mayor desamparada.


A Barcelona volverá Bevilacqua en La marca del meridiano, una novela que guarda mucha relación con ésta que hoy os traigo.







BEVILACQUA Y CHAMORRO

Sin duda lo mejor de la serie es la pareja Bebilacqua-Chamorro, porque uno más uno no son dos, pues juntos sus capacidades no se suman, sino que por la sinergia entre ambos, se multiplican.
«-No sólo es que trabaje a gusto con ella, que no lo niego. Es que me parece la mejor para esta clase de casos.
-¿Ah si? ¿Y eso por qué?
-Porque no se rinde nunca.
-Si, es dura la Chamorrito. Una tía con un par de cojones». (La niebla y la doncella. Página 61)

Son dos mentes distintas, Bevilacqua no puede olvidar sus estudios de psicología, y de hecho son abundantes en el libro las citas a algunos de los más notables estudiosos de la materia. Frente a tanta divagación, Chamorro tiene un espíritu científico mucho más racional, que es utilizado por Bevilacqua para confrontar y poner a prueba la idoneidad de sus pensamientos e intuiciones.
«Me gustaba hablar con mi compañera y poner a prueba los devaneos de mi cerebro, porque no sólo era inteligente. Era sensata, y noble de corazón. Al cabo del camino que he recorrido, creo que es la más sabia combinación que puede alcanzar una persona, la que a mí me hubiera gustado ser capaz de lograr». (La niebla y la doncella. Página 137)

Semejante declaración de Bevilacqua, no difiere mucho de la que haría un enamorado. Y si bien la relación Bevilacqua-Chamorro es todo un ejemplo de castidad, Bevilacqua no puede evitar que una pulsión amorosa vaya creciendo dentro de él, la que hace que se sienta celoso del novio de Chamorro, por más que éste sea un capullo integral.

¿Qué pinta un psicólogo metido a Guardia Civil? Hasta el mismo Bevilacqua se hace esa pregunta. Porque su comportamiento en el fondo está cargado de una gran dosis de ingenuidad y de quijotismo, ese quijotismo español que puede llevarnos a luchar contra molinos de viento con tal de salvar el mundo. De luchar para derrotar el mal, aún sabiendo que cada victoria es sólo parcial, que la derrota del mal es imposible. Por eso, a pesar de la victoria, siempre queda un regusto amargo y de tristeza, la que da el ver como el mal ha podido apropiarse del alma humana. Esa es en realidad la definición de una novela negra, la que marca la nota diferencial frente a novelas de intriga o policíacas, muy respetables pero un punto inferior a la buena novela negra.
Es la actitud de Bevilacqua no sólo quijotesca, sino religiosa, que concibe la vida como una lucha entre el bien y el mal:
«En realidad, soy un iluso. Sigo en esto, bueno, por si queda alguna esperanza de encontrar el modo de disuadir a la gente de que joda al prójimo». (La niebla y la doncella . Página 56)


Es difícil leer estos relatos y no quedar más enganchado o la serie y a la curiosa personalidad de Bevilacqua, psicólogo en paro reconvertido en Guardia Civil. Que no olvida sus estudios, por más que con mucho sentido del humor se distancie de ellos. Así hablando de los psicólogos dice:

«La mitad estamos pirados al entrar. Y la otra mitad al salir. Pero esto no es chifladura, sino afán de originalidad». (Nadie vale más que otro, página 147)

Un humor presente en todo el libro, porque es un rasgo de la personalidad de Bevilacqua, imprescindible para su supervivencia:
«Después de tantos años llevando asuntos tristes, he aprendido que uno tiene que mantener una reserva de humor para no perder las ganas de vivir y no tratar inhumanamente a la gente que por hache o por be, se cruzan en el camino de un investigador de homicidios». (Nadie vale más que otro, página 147)

No es Bevilacqua un héroe que haya llegado hasta su posición en cumplimiento de un sueño o una vocación. Más bien fue lo de "más cornadas da el paro", lo que llevó a esta psicólogo a un trabajo y una situación de la que no reniega:
«De niño no soñaba con estar aquí. Pero aquí estoy. Y teniendo en cuenta las circunstancias, ni me avergüenzo ni me quejo de mi suerte. La mayoría de los días puedo irme a dormir tranquilo. No siempre, porque ese es un privilegio reservado a los imbéciles». (Nadie vale más que otro, página 98)

Pero aunque no fuera su vocación, se vuelca en su trabajo como si de una cruzada contra el mal se tratase:
«Como sabemos que no hay forma de acabar con el mal, nos consolamos desactivando a sus elementos más lerdos. Quizás no es mucho, ni es lo mejor. Pero algo es algo». (Nadie vale más que otro, página 106)


Aparece un dato en esta novela, que o no había aparecido en otras novelas anteriores, o no me había fijado en él: Bevilacqua nació en el año 1963. Quiere decirse que en esta novela escrita en el año 2004-2005, tendrá 41 ó 42 años. Entre paréntesis, me he fijado que el autor tiene una edad muy semejante a su personaje, porque nació en 1966. El dato de la edad no es superfluo, porque en esta novela tenemos al pobre sargento sumergido en plena crisis de los cuarenta años (¿tal vez la del propio autor?), una crisis en la que no puede dejar de mirar su pasado y plantearse si ha merecido la pena o no el camino recorrido.
Una mirada melancólica que no puede dejar de lado su relación con Chamorro. Curioso que el autor no haya recurrido a algo muy habitual en las series en que aparece una pareja de compañeros de distinto sexo, lo que se ha dado en llamar TSNR: Tensión Sexual No Resuelta, en la que ves cómo los protagonistas se sienten atraídos el uno hacia el otro pero no se atreven a ir más allá. Eso es un aliciente para el espectador o el lector, que desea que ambos protagonistas se líen de una vez. Aquí no recurre el autor a ese recurso, por más que en algunos momentos parezca que pudiera insinuarse que en un futuro no pudiera ocurrir.
La relación entre los personajes, es mucho más la de compañerismo o la de profesor alumno, aunque el tiempo haya corrido velozmente y ya no sea Chamorro aquella novata del principio, algo que desde sus cuarenta y tantos años recuerda Bevilacqua:
«No sin alguna melancolía, constaté que el tiempo iba pasando inexorablemente y que Chamorro iba dejando de ser, en todos los aspectos, la lozana principiante que yo había conocido y que, en cierto modo, siempre estaría ahí para mí, independientemente de mi percepción de ella». (La Reina sin espejo, página 248)

Y al mismo tiempo una mirada un tanto desesperanzada hacia el presente y hacia el futuro:
«-No sé, Chamorro, estoy cansado. Me temo que me estoy aburriendo de esta vida. Ya dura demasiado para seguir teniendo gracia.
-¿Estás seguro de eso?.
-No, ya sabes que yo no estoy seguro de nada». (La Reina sin espejo, página 105)

Una madurez de su subordinada, que Bevilacqua va notando en su relación día a día:
«Años atrás pensé de nuevo, habría respondido más irreflexivamente a mi objeciónPero ahora también ella se tomo su tiempo antes de volver a abrir la boca». (La Reina sin espejo, página 13)
Pero no todo va a ser negativo, porque aunque llegara a esta profesión un tanto de rebote, ha terminado por amarla:
«-Créeme, si he llegado a amar la mugre de la calle, con todos sus inconvenientes, es porque me ha librado de la mugre de la palabrería.
-En el fondo, mi sargento, nunca dejarás de ser un poeta». (La Reina sin espejo, página 34)

Barcelona representa para Bevilacqua un retorno a un pasado del que nada se sabía y del que sólo se nos va a dejar entrever algo.Sabemos así que sus comienzos fueron en Barcelona, donde estuvo destinado tres años.
Además, dentro de esa tristeza que le provoca su crisis de los cuarenta, hay un episodio en su pasado que se nos deja entrever: una relación amorosa con un final que no fue feliz y que le sigue doliendo.





IMPRESIÓN PERSONAL

He de reconocer que cuánto más leo los libros de esta serie, más me gustan, porque tienen la rara virtud de no repetirse, no sólo en temática, sino en el ambiente que los conforma. Son libros por otra parte que deberían estar subvencionados por la Guardia Civil, porque nos muestran el lado más humano de la misma, sus problemas, sus dificultades, la evolución del cuerpo con el paso del tiempo. De hecho Lorenzo Silva ha publicado Sereno en el peligro, un libro, que no una novela, sobre la historia de la Guardia Civil.

Además de esa extraordinaria creación que es la pareja Bevilacqua/Chamorro, una de las cosas que me gustan de esta serie es la movilidad de sus personajes, lo cual, aunque sólo sea por el cambio de escenario hace que la acción sea menos repetitiva.

Pasamos así de una España rural (creo recordar que la acción transcurría en Guadalajara) en El alquimista impaciente, a viajar a las Islas Canarias (Tenerife y La Palma) en La doncella y la niebla, a los paisajes urbanos de Madrid en Nadie vale más que otro o a Barcelona en La Reina sin espejo.
Me encanta, no puedo decir otra cosa, el ambiente que crea en esta serie Lorenzo Silva, tanto o más importante incluso que la resolución del propio caso.
Todo ello además aderezado con la visión de la vida y el personal sentido del humor que Lorenzo Silva destila a través de Bevilacqua y las perlas que desliza a lo largo de sus novelas. He aquí un ejemplo:
«Ya se sabe que todos somos iguales ante la ley, pero la igualdad de unos es más evidente que la de otros». (La reina sin espejo, página 57)

Todo este libro es un homenaje a Al otro lado del espejo, pero por no ser la Alicia del País de las maravillas uno de mis personajes favoritos y no haber leído el libro, no llego a sacarle todo el jugo a esa parte de la novela.
Tampoco me ha terminado de convencer ese amagar pero no dar, el insinuar una parte del pasado de Bevilacqua que se intuye muy importante para su evolución posterior, pero que no se remata y te deja con la miel en los labios.

No es la mejor novela de la serie, pero no defraudará a los seguidores de estos personajes




VALORACIÓN: 8/10






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viernes, 29 de noviembre de 2013

DIES IRAE (CÉSAR PÉREZ GELLIDA)

Que Dios nos proteja el día de la ira




FICHA TÉCNICA

Título Dies irae
Autor: César Pérez Gellida
Editorial: Suma de letras
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 564
PVP: 19,00 €







Título Dies irae
Autor: César Pérez Gellida
Editorial: Punto de lectura, 2015
Encuadernación: Tapa blanda, bolsillo
Páginas: 568
PVP: 9,95 €





CÉSAR PÉREZ GELLIDA

Con la publicación de Memento mori fue la primera vez que oí hablar de este autor. Pero no iba a ser la ultima, porque ahora está en boca de muchísimos lectores. Todavía desconocido para gran parte del público, os transcribo lo que en el interior de la novela se dice de él:


 «César Pérez Gellida nació en Valladolid(algo que queda muy patente en Memento mori) en 1974. Es licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valladolid y máster en Dirección Comercial y Marketing por la Cámara de Comercio de Valladolid. Ha desarrollado su carrera profesional en distintos puestos de dirección comercial, marketing y comunicación en empresas vinculadas con el mundo de las telecomunicaciones y la industria audiovisual hasta que en 2011 decidió trasladarse con su familia a Madrid para dedicarse en exclusiva a su carrera de escritor.
Memento mori es la primera obra de una prometedora producción novelística, ganadora del premio Racimo de Oro de literatura 2012, que ahora tiene continuación con Dies irae y que se cerrará con Consumatum est»





DIES IRAE

Nada mejor para comenzar esta reseña que las palabras del propio autor en una nota final:
«Estimado lector o lectora:
Dies irae es la segunda entrega de la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne. En ella he tratado de dar explicación a algunas de las incógnitas que quedaron sin despejar en Memento mori y, como no podría ser de otra forma, avanzar en un argumento tejido con mentiras y dobles verdades. El desenlace de la historia verá la luz próximamente en Consumatum est. Confío en que sigas con tantas ganas de leerlo como yo tengo de contártelo
Sin embargo, en Dies irae se relatan hechos que, aunque parezcan sacados de una novela de terror, son tristemente veraces. Me refiero a los acontecimientos que sacudieron no hace demasiado tiempo la antigua Yugoslavia, sembrando de horror y muerte la vieja Europa; otra vez.»


Dies irae, el día de la ira, el día del juicio de Dios:

«Dies iræ, dies illa,
Solvet sæclum in favilla,
Teste David cum Sibylla! »

«Día de la ira, aquel día
en que los siglos se reduzcan a cenizas;
como testigos el rey David y la Sibila.»


Y para poner fondo musical a esta reseña, nada mejor que una de las piezas que componen la banda sonora de esta novela: El Dies irae del Requiem de Vivaldi.





ARGUMENTO

Dies irae, el día de la ira, el día que Dios baja a la tierra para juzgar a los hombres. Hay hombres que quieren dejar su huella en la historia de la humanidad, que quieren pasar a la inmortalidad, que vienen dispuestos a ser la encarnación de la ira de Dios en la Tierra...

Trieste: Un asesino en serie reanuda sus macabros asesinatos. El día de la ira ha comenzado.

Yugoslavia: Pueblo contra pueblo, raza contra raza. En pleno siglo XX un ejercicio de crueldad sin límites, sin distinción de edades ni sexo. La ira de Dios se ha desatado sobre una nación.
Años después, un hombre vuelve para vengarse del mal recibido.





LA NOVELA

Es muy difícil hacer la reseña de una segunda parte sin destripar nada de la primera. No te preocupes si no has leído Memento mori, pues no contiene ningún tipo de spoilers esta reseña.

Al igual que la anterior, Dies Irae está apoyada en una potente banda sonora que aparece recogida en las últimas páginas del libro. Un refuerzo para aquellos que conozcan los temas, que no es precisamente mi caso, pues sólo conozco dos de ellos.
No importa, no es lo fundamental. Lo más importante es el intento que hace el autor para que podamos meternos en la mente de un criminal. O ya puestos de varios, porque no otra cosa fueron muchos de los que intervinieron en el conflicto yugoslavo.

¿Qué puede llevar a un hombre a gozar y disfrutar con el mal y el dolor ajeno? Esa es la cuestión que a lo largo de toda la novela va intentando responder el autor. Porque el mal está muy presente entre nosotros, por más civilizados que nos creamos. De ahí esa referencia a la guerra yugoslava, a la puerta de nuestras casas, mostrándonos que el horror no es cosa del pasado ni de lejanos lugares.
Por eso Dies irae es una novela negra con todas las de la ley, por esa lucha contra el mal al que nunca se termina de derrotar. Un mal que lo impregna todo.
Pero al mismo tiempo, Dies irae tiene un estilo muy diferente a su predecesora, pues en muchísimos momentos en un trepidante thriller. Un thriller que está pidiendo a gritos ser convertido en una película (con los presupuestos del cine español parece algo completamente imposible).
Giros y más giros se suceden en una rapidísima acción, con un guión cargado como dice el autor de mentiras o medias verdades, poblado por unos personajes tan singulares, que no pueden dejar indiferente al lector.





IMPRESIÓN PERSONAL



No siempre se cumple lo de “segundas partes nunca fueron buenas”, porque Dies irae está a la altura de Memento mori. Y lo está sin recurrir a más de lo mismo, a repetir el esquema. Ya no tenemos una novela con un gran componente de intriga, con un policía intentando saber quién es el asesino. En realidad lo que tenemos es un thriller de hombres que persiguen a otros hombres para darles caza y aniquilarlos.
Así podríamos definir también Dies irae: Una partida de caza en la que cazadores y presas intercambian permanentemente sus roles.

Una mirada inquietante al fondo de la mente humana. Pues parece reservado a los humanos el hacer el mal por el mal, disfrutando de ello.

Novela negra pero también novela histórica, al referirnos unos sucesos, la guerra de Yugoslavia, que aunque estén cercanos en el tiempo y en el espacio, parecen muy lejanos y son muy desconocidos.





VALORACIÓN: 9/10





Gracias a Editorial Suma de Letras por facilitarme un ejemplar para su lectura y reseña.


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jueves, 28 de noviembre de 2013

AMOR SE ESCRIBE SIN HACHE (ENRIQUE JARDIEL PONCELA)

Humor se escribe con hache



FICHA TÉCNICA

Título: Amor se escribe sin hache
Autor: Enrique Jardiel Poncela
Editorial: Biblioteca nueva
Encuadernación: Tapa dura
Páginas: 320









ENRIQUE JARDIEL PONCELA

Enrique Jardiel Poncela. Un autor desconocido para las generaciones actuales, aunque curiosamente en escena suele haber una obra suya (ahora mismo Eloísa está debajo de un almendro en el Teatro Karpas de Madrid)

La contraportada de la vigésima sexta edición (19-II-2001) de la Colección Austral de Eloísa está debajo de un almendro, nos dice a propósito del autor:
«Incomprendido y atacado por casi toda la crítica de su tiempo, Enrique Jardiel Poncela conoce ahora, al amparo de la reivindicación de las vanguardias, un creciente reconocimiento. Su propósito era romper con las formas tradicionales de lo cómico, atadas a lo real y a lo verosímil. Frente a ello, Jardiel busca que en su tetro fluya de continuo lo inverosímil.
(…)
Aportó a la escena un humor, de raíz intelectual, que sirve de hilo conductor al absurdo lógico.»

Aunque me consta que Jardiel Poncela es un autor bastante desconocido para las generaciones actuales, no es mi caso. No estoy presumiendo con ello de erudito, sino que hay historias personales ligadas a este autor, pues una anécdota muy repetida en mi casa es que, mientras yo nacía, mi padre que es un gran aficionado a leer teatro, estaba leyéndose las obras completas de Jardiel Poncela.

A pesar de haber muerto muy joven, sin haber llegado a cumplir los cincuenta y un años, su obra es extensa, pues además de sus piezas teatrales, también tiene en su haber alguna novela, novelas cortas, colaboraciones en prensa, narrativa breve, guiones cinematográficos (varias de sus obras han sido llevadas al cine, entre ellas el libro que aquí me ocupa) y ensayo.
Una de esas novelas es la que hoy traigo para vosotros.









ARGUMENTO

Por esos caprichos del destino, Lady Silvia Brums de Arencibia es una millonaria que dedica los días a viajar y a tener una amplia colección de amantes, con el consentimiento de su marido, que se ha hecho imprimir una circular que remite a cada uno de los amantes de su mujer autorizándoles a mantener dicha relación.

Elías Pérez Seltz es un caballero madrileño que se enamora perdidamente de Lady Silvia y está dispuesto a cualquier cosa para mantenerla a su lado. El problema es que la tarea no es fácil, pues Silvia se aburre con demasiada facilidad y, si hay algo que no soporta, es el aburrimiento y la monotonía.





AMOR SE ESCRIBE SIN HACHE
Tras un breve e interesante prólogo a cargo de Yolanda García Serrano en el que además del modo de escribir y del carácter de Enrique Jardiel Poncela nos enteraremos de que a lo largo del libro se consumen ciento sesenta cigarrillos, podremos leer en esta edición un prólogo del propio autor que él mismo titula 8.986 palabras a modo de prólogo, en el que el autor nos presenta Amor se escribe sin hache, su primera novela larga.
Un prólogo que es tan divertido como la propia novela y en el que nos confiesa los motivos para escribir esta novela:

«He escrito AMOR SE ESCRIBE SIN HACHE, pues pienso que las novelas “de amor” en serio sólo pueden combatirse con novelas de amor en broma. Exactamente igual hizo Cervantes con los libhros de caballería, sin que esto sea osar compararme con Cervantes, pues entre él y yo existen notables diferencias; por ejemplo: yo no estuve en la batalla de Lepanto.
Hay que reírse de las novelas “de amor” al uso.
Riámonos.
Lancemos una carcajada de cuatrocientas cuartillas.» (Página 38)


El argumento y la trama es marca de la casa, puro disparate, puro absurdo, puro divertimento para el lector. Observaciones reales como la vida misma, de ahí la gracia que encontramos en el contraste de expresarlas seriamente:
«Lo sacaron once días después, envuelto en líquenes y mucho más muerto de lo que conviene a un hombre que tiene cierto interés en seguir viviendo.» (Página 46)

«El inconveniente de las mujeres casadas, es que suelen ser esposas de sus maridos.» (Página 116)




Un humor ácido con afirmaciones que siguen siendo válidad un siglo después de haber sido escritas.
«Don Quijote de la Mancha, esa gloriosa novela que todo el mundo elogia, pero que nadie ha leído.» (Página 54)

Pero un humor que en algunas casos peca de misógino (más de una vez a lo largo de esta novela)
«Los hombres son tan brutos que a veces se llega a pensar si quienes tienen talento no serán las mujeres.» (Página 210)


Y como remate os dejo un par de citas más de la novela:
«-Acostumbro a apuntar lo que tiene interés para repetirlo.
-Los loros lo repiten sin necesidad de apuntarlo» (Página 61)

«¿Puede desdeñar un negocio sucio un hombre que tiene cuatro minas d carbón?.» (Página 48)


Trescientas páginas para llegar a una conclusión final que no puede menos que ser sorprendente. O no tanto si nos hemos fijado en lo que nos decía en su prólogo:
«Las cosas importantes, las únicas cosas importantes que existen en el mundo se escriben con hache, y, por el contrario, se escriben sin hache las infinitas cosas que no tienen importancia.
(…)
Por eso el amor, que no tiene importancia ninguna, se escribe sin hache. No debe tomarse en serio el amor... ¡Amor se escribe sin hache!... Hay que reírse de las cosas escritas sin hache...» (Página 308)

Hijos, honor, honra, Dios (Hacedor supremo)la Hostia (la materialización de Cristo), hidalguía, hoy, hambre, higiene, hermano, honradez, hecatombe, hermosura, horror, hogar, hacer, hablar, historia, hazaña, hembra... Todas son cosas importantes y se escriben con hache.
Por eso mismo, por su importancia, humor se escribe con hache.



La presente edición fue realizada para el periódico El Mundo para la colección Las mejores novelas en castellano del siglo XX.
Además del prólogo a cargo de Yolanda García Serrano y del propio autor, al final de la novela podemos encontrar unas páginas con Opiniones que habría merecido el presenta libro a algunos personajes ilustres, en los que el propio autor pone en boca de otros autores famosos, los comentarios que ellos harían sobre el libro.
Un remate divertido a la novela





IMPRESIÓN PERSONAL

Esta es la primera novela que leo de Jardiel Poncela. Hasta ahora había leído de él unas cuantas obras de teatro como Eloísa está debajo de un almendro o Las cinco advertencias de Satanás.

Una curiosa experiencia, porque si bien es cierto que el humor de Jardiel Poncela sigue siendo válido casi un siglo después de haber sido escrito, no es menos cierto que en esta novela hay referencias humorísticas a la actualidad de aquellos momentos, con marcas y datos que hoy día resultan desconocidos y que hacen que pierda algo de su humor.
Solo algo, porque el surrealismo de su prosa, las situaciones disparatadas y humorísticas están presentes página tras página, arrancándome sonrisas, risas o carcajadas, que de todo ha habido en esta lectura.

En lo que más se nota tal vez el paso del tiempo, además de esa inevitable referencia a marcas hoy inexistentes, o en ese empleo abusivo del tabaco (reflejo eso sí de una época) es en la misoginia del autor. Hay unas cuantas referencias a la mujer que, por más que se disfracen de humor, son un tanto despectivas hacia ellas. Hoy no sería bien toleradas.

He disfrutado con esta novela, pero puestos a elegir, me sigo quedando con alguna de sus piezas teatrales como las antes citadas.




VALORACIÓN: 8/10





Con esta reseña participo en el Mes del humor.




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