jueves, 15 de octubre de 2015

NOVEDAD EDITORIAL: EL BAR DE LAS GRANDES ESPERANZAS (J.R. MOEHRINGER)

El bar de las grandes esperanzas
J. R. Moehringer





FICHA TÉCNICA

Título: El bar de las grandes esperanzas
Autor: J. R. Moehringer
Editorial: Duomo
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 461
PVP: 19,80 €



Editorial: Duomo, 2019
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 464
PVP: 12,90 €






J. R. MOEHRINGER


La editorial nos dice del autor en la solapa interior del libro:

J. R. Moehringer nació en Nueva York en 1964. Licenciado en Yale, empezó su carrera periodística en The New York Tiems y ha trabajado en Los Angeles Times, entre otros medios, Ha sido galardonado con el premio Pulitzer.
Después de haber colaborado con Andre Agassi en la elaboración de Open, la autobiografía del tenista, ha publicado Sutton, sobre la vida del ladróm más extraordinario de todos los tiempos, que Duomo publicará próximamente.







Bares, que lugares...



ARGUMENTO de EL BAR DE LAS GRANDES ESPERANZAS


Esta es la historia de J.R. Moehringer, un niño que fue abandonado desde muy pequeño por su padre, un hecho que ha marcado su manera de ver la vida:
Llamarme JR siempre había sido complicado. Mucho antes de que dispararan contra J.R., mi nombre siempre había sido un reflejo de Pavlov infalible, algo que desencadenaba la misma respuesta cada vez que conocía a alguien. “A qué corresponden las siglas JR? Avergonzado por llamarme como un padre que había desaparecido, yo llevaba años respondiendo con evasivas. (Página 162)

Vive junto a su madre en casa de su abuelo, una casa completamente destartalada, en la que conviven además con más familia, con otros primos, con su tío Charlie... Una casa de la que constantemente están intentando marcharse, pero la precaria economía de su madre siempre termina trayéndoles de regreso.
J.R. Busca el cariño de los que le rodean, intentando encontrar esa figura paterna que le falta, una figura que solo puede escuchar a través de la radio pues es donde el trabaja como locutor. Él es “La Voz”, una presencia de la que su madre intenta protegerle.
Para ella, mentir no era un pecado peor que bajar el volumen de la radio para protegerme de La Voz, Lo que ella hacía, simplemente, era bajarle el volumen a la verdad. (Página 38)

Pero todo cambia el día en que conoce el Dicknes, el bar en el que trabaja su tío.
Para bien o para mal, mi lugar sagrado era el bar de Steve. Y, como lo encontré en mi juventud, el bar fue aún más sagrado, y su imagen quedó emborronada por ese respeto especial que los niños otorgan a los lugares en los que se sienten a salvo. (Página 19)






EL BAR DE LAS GRANDES ESPERANZAS


Hace poco escuché en la radio el resultado de una encuesta realizada por una marca de bebidas que me sorprendió: dos tercios de los clientes habituales de un bar conocía el nombre del camarero. Pensé que ese porcentaje era mucho más alto, porque, a pesar de las diferencias culturales, un camarero es mucho más que el que sirve unas bebidas, da igual que sea España o Estados Unidos. Un camarero es confesor, psiquiatra y consejero de guardia, todo por el precio que te cuesta la copa o la caña, que como el consejo o simplemente el hecho de hacer que te escucha o presta atención, va incluído en el precio como la tapa.
Sí, de bares va, entre otras muchas cosas esta novela. No se trata solo del “Dickens”, el bar de esta novela que luego pasa a llamarse “Publicans” sino más bien de sus clientes. Porque un bar al final es lo que sus clientes son:
Steve creía que la barra de un bar era el punto de encuentro más igualitario de todos los que existían en América, y sabía que los americanos siempre habían venerado sus bares, sus salones, sus tabernas y sus “gin mills”, una de sus expresiones favoritas. Sabía que los americanos dotan a sus bares de significado y que acuden a ellos para todo, en busca de glamur y de auxilio y, sobre todo, para hallar alivio contra el azote de la vida moderna: la soledad. (Página 15)

La acción transcurre en Manhasset, un pueblo muy próximo a Nueva York. Un pueblo por otra parte que es muy literario, aunque sólo sea por ser el escenario escogido para una novela mítica: El gran Gatsby:
Mi pueblo era famoso por dos cosas: el lacrosse y el alcohol (…) Había quien también conocía Manhasset como escenario donde se situaba la acción de El gran Gatsby. Mientras escribía pasajes de su obra maestra, F. Scott Fitzgerald pasaba ratos sentado en un porche fresco de Great Neck, y, desde el otro lado de la bahía de Manhasset, veía nuestra población, que él, en su obra de ficción, convirtió en East Egg. (Página 16)

Un pueblo en el que los bares son, más que una tradición, un modo de entender la vida:
La vida del bar era como una dinastía: nos servía para medir el tiempo, y nos proporcionaba cierto placer básico saber que cuando uno cerrara, es telón se alzaría en otro lado. Mi abuela decía que Manhasset era uno de esos sitios en los que un tópico se daba por cierto: beber en casa era de alcohólicos. (Página 17)


En principio. El bar de las grandes oportunidades es la historia de J.R. Moehringer, un niño criado en la ausencia de su padre, de su desarrollo, de su maduración, de sus deseos. Todo ello a la sombra de un bar.
Podéis ver que el nombre del protagonista es el mismo que el del autor. No creo que sea su autobiografía, aunque sin duda muchos elementos del libro tienen que estar tomados de su experiencia, porque basta comparar los hechos del libro con la biografía del autor, que estudió en Yale y trabajó en los mismos periódicos.
Como toda historia de crecimiento y de maduración bien narrada, es muy interesante. Pero es que tiene otro punto que la hace diferente: Es el retrato de toda una población. J.R. Moehringer es el protagonista principal de la novela, pero no el único, pues el bar y todos los personajes que lo visitan tienen una importancia fundamental en la novela. Personajes de lo más variado: camareros, policías, corredores de apuestas, jugadores, brockers...
Un sinfín de historias que el autor nos irá desgranando a lo largo de las páginas de la novela mientras el niño va haciéndose todo un hombre en medio de esa compañía con la que intenta suplir la figura de su padre ausente mientras va en busca de un futuro que le espera acechante a la salida del bar.


El bar de las grandes oportunidades es también la forja de una vocación, pues si hay algo que aprecian los personajes del bar es una buena conversación y un correcto uso del lenguaje. La palabra es algo muy importante para ellos. Propio de un bar cuyo nombre parece darle carácter:
-Tío Charlie. ¿Cómo es que Steve le puso Dickens de nombre al bar?
-Porque Dickens fue un gran escritor. A Steve le gustarán los escritores, supongo.
-¿Y por qué era tan bueno?
-Escribía sobre la gente.
-¿No escriben todos sobre la gente?
-Dickens escribía sobre gente excéntrica.
-¿Qué es excéntrico?
-Único, que sólo hay uno.
-¿Y no somos todos únicos?
-¡Para nada, niño!¡Ahí está el problema! (Página 118)






IMPRESIÓN PERSONAL

Hay novelas cuya acción puede transcurrir en cualquier lugar del mundo, en la que puedes cambiar la ciudad sin que se altere para nada la narración.
No es ese el caso de El bar de las grandes esperanzas, pues es un retrato de una sociedad muy concreta: la americana. Y ni siquiera de la americana, sino la de un pueblo muy próximo a la gran ciudad, a Nueva York, pues esta misma historia sería inconcebible en muchos otros lugares de los Estados Unidos.
No es la típica historia que ensalza el “american way of life”. Sus personajes son más complejos que esos estereotipos, aunque al mismo tiempo muchos se hayan convertido en caricaturas en su modo de actuar, de personajes salidos de la televisión adoptando los modales de Humphrye Bogart en Casablanca (no en vano la historia de Casablanca es también la historia de uno de los bares más famosos de la historia del cine) o del mismísimo Oso Yogui.
Nos muestra una sociedad más compleja de lo que muchas de sus novelas (o tal vez sería mejor decir películas que es el modo en el que Estados Unidos nos dan a conocer su cultura) dan a entender.

Son cuatrocientas cincuenta páginas muy engañosas, porque la letra es más bien pequeña y a la ahora de maquetarla no han dejado páginas en blanco, por lo que en realidad muy bien podríamos estar hablando de seiscientas o más páginas en una encuadernación más al uso.
Tampoco es una novela con mucha intriga ni con mucho diálogo, por lo que El bar de las grandes oportunidades no es para aquellos lectores que busquen una novela evasiva, un thriller de acción o una novela romántica. Sin embargo, disfrutarán y mucho con ella los que lo hacen con esas historias que nos hablan de maduración del ser humano, de la búsqueda de la propia identidad y aquellos que quieran conocer, a través de numerosos personajes, una sociedad más compleja de lo que a primera vista parece.






Gracias a Ediciones Duomo y a Libros que hay que leer que con su sorteo me han facilitado un ejemplar de El bar de las grandes oportunidades para su lectura y reseña.





VALORACIÓN: 8/10



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11 comentarios:

  1. No me importaría leerla si se me cruza :)

    Bs.

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  2. Tiene buena pinta esta historia. He estado detrás de él desde que apareció pero la diosa fortuna no me ha sonreído.

    Besos

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  3. Me llama mucho la atención y no me importaría leerla, la verdad.

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  4. Pues, Pedro, fíjate que no me había llamado la atención demasiado esta novela. Pero el otro día vi un fragmento de entrevista del autor en televisión y me cautivó por completo. Hablaba de su infancia, de la constante búsqueda del cariño de su padre, y de que solo consigió acercarse mínimamente a ello gracias al bar de su pueblo, un bar escondido donde todos se escuchaban los unos a los otros. Dice que eso y el amor de su madre, le regaló una infancia maravillosa. Bss

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  5. Me alegra que te haya gustado pues, como sabes, lo vamos a leer en breve
    Gracias por tu reseña

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  6. No digo yo que no la llegue a leer, pero no en este momento. Si se cruza en mi camino no le haré ascos. Besos.

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  7. Cada vez me llama más este libro. Muy buena reseña.
    Besotes!!!

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  8. No me importaría leerlo. Aunque ahora me apetece algo con un poco más de ritmo, lo seguiré teniendo en cuenta. Besos

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  9. Veo que es una novela que está gustando aunque no me termina de convencer. Saludos.

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  10. Lo leí hace poco y coincido totalmente con tus impresiones.
    Un beso

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